La relevancia del hallazgo radica en que nunca antes se había encontrado uno similar en Cádiz, documentando una posible área industrial en el casco histórico.
De una forma inesperada, en el número 3 de la céntrica calle Solano, donde está proyectada la construcción de unas viviendas, ha sido hallado un singular horno alfarero romano de planta circular. «No nos lo esperábamos en absoluto», comenta María Luisa Lavado, la arqueóloga encargada de dirigir los trabajos que han permitido este hallazgo.
«Su singularidad e importancia radica en que hasta la fecha no se había documentado en la ciudad de Cádiz ninguno de estas características», asegura Lavado, quien sin embargo sí está habituada a encontrar hornos de esta tipología en otras localidades de la provincia, como Puerto Real, donde es conocida la existencia de una importante industria alfarera.
De esta manera, concluye la arqueóloga en un informe remitido por la Delegación de Cultura que el nuevo hallazgo «nos llevará a replantear las existencia de un área industrial en el propio casco histórico» -como ya sucediera con la Factoría de Salazones de la calle Sacramento- «que habrá que poner en relación con las acumulaciones de estratos de ánforas detectados en calles adyacentes».
Los detalles.
Fue durante el control de los movimientos de tierra previos al inicio de las obras en el solar, cuando se registró una acumulación considerable de restos cerámicos, la mayoría pertenecientes a recipientes anfóricos. Próximo al borde del acerado se distinguió una oquedad, «que podía pertenecer al praefurnium o pasillo de acceso a la cámara de cocción de un horno»,explica la arqueóloga y continúa: «la limpieza de dicha estructura lo corroboró».
El horno, que conserva algo más de la mitad de su estructura, tiene una planta de 2,20 metros de diámetro en la base y conserva una altura de unos 2 metros. Y, según estima Lavado, los materiales encontrados «arrojan de momento una cronología desde al menos el primer tercio del siglo I d. C.».
Al parecer y según se explica en el informe, se trata de una tipología muy común en el mundo romano, cuya estructura interna se sustenta por una columna central, de la que sólo se conserva el arranque de la base, que sostiene una parrilla perforada. De ésta, a su vez, se conserva únicamente el arranque enano de los laterales, sobre la que se depositan los productos alfareros para la cocción. La fábrica esta realizada con fragmentos de las ánforas dispuestos en tongadas perfectamente alineados. Un tipo de aparejo denominado opus testacium.
El importante hallazgo ya ha sido comunicado a la empresa propietaria del solar, SAEA S. L., y se ha decidido modificar el proyecto constructivo previsto con el fin de integrar el horno en el edificio. La nueva propuesta de obra, una vez concluyan los cálculos, será presentada la próxima semana a la Delegación de Cultura.
Fuente: La Voz Digital.
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