Descubren un complejo alfarero en la avenida de Santa Clara que refleja los sucesivos periodos desde la época romana al siglo XIX.
Los trabajos arqueológicos previos a la construcción de un edificio en la avenida de Santa Clara, en su tramo más cercano al puente de San Cristóbal, ha puesto al descubierto lo que podría calificarse como un complejo alfarero que ha sido reutilizado y transformado con el paso del tiempo y los avatares de las riadas del Guadalentín.
Al frente de estas investigaciones están los arqueólogos Juan Gallardo y Marta Oteo, que ya apuntan el interés de los hallazgos para conocer mejor el trabajo de los artesanos del barro de generaciones pretéritas. Las excavaciones todavía tienen algunas semanas por delante pero la abundancia de restos, tanto en construcciones como en vasijas, confirman las expectativas.
Gallardo explica que «hasta ahora hemos puesto al descubierto cinco horno para cocer las vasijas de barro de los que uno corresponde al siglo XIX, dos al XVIII y uno al XVII. También tenemos otro horno romano. Junto a esos hornos están las zonas de trabajo con las balsas para decantación de la arcilla, zonas de secado y almacenaje. Lo que todavía no han aparecido son los vertederos».
Para dejar constancia de todos los hallazgos, puesto que para ir profundizando hay que retirar previamente los restos que van apareciendo, se recurre a la ortofotografía, junto a las técnicas habituales en la arqueología. «De esta forma garantizamos que el estudio es lo más completo posible para asegurarnos la fidelidad total de los hallazgos», indica el arqueólogo.
Impacto de las riadas.
En estos momentos el trabajo se centra en dejar totalmete al descubierto las estructuras hasta el siglo XVII, y se ha comprobado la sucesiva reutilización de los hornos y de las zonas de trabajo, con algunas reformas en relación a su uso anterior. Todavía no se ha profundizado en la zona que corresponde a la época romana, aunque, al remover el terreno aparecieron fragmentos de cerámica.
Gallardo comenta que «al mismo tiempo que vamos descubriendo la presencia de actividad humana en esta zona de la ciudad en tiempos pasados, se comprueba el impacto de las sucesivas riadas. No hay que olvidar que esta zona que estamos estudiando se encuentra a pocos metros del cauce del Guadalentín, ahora con muros para evitar que se desborde».
Los arqueólogos han comprobado que tres grandes avenidas del río arrasaron en distintas épocas este complejo artesanal. Una de estas riadas acabó con los alfares romanos que allí había. Después se detectan fuertes daños en los siglos XVII y XVIII. Por el momento no se ha encontrado ningún resto que corresponda al periodo islámico.
Entre los numerosos restos de objetos de cerámica que se han rescatado, y sobre los que continúa el estudio y la posible restauración, hay fragmentos de las típicas jarras de novia, así como una gran variedad de vasijas. Dentro de una de ellas, que estaba llena de barro, aparecieron las cuentas de una pulsera.
Hasta que no pasen algunas semanas y se siga profundizando en los niveles más bajos de esta excavación, no será posible averiguar si por debajo de los restos de la época romana aparecen indicios de ocupación de esta zona tan próxima al Guadalentín por primitivos habitantes de Lorca.
Fuente: La Verdad.
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