A excepción de este último –que permanecerá visible en el mismo aparcamiento, al igual que los vestigios de una iglesia paleocristiana– todo se exhibirá en un pequeño espacio independiente junto al Museo de Aviación del aeródromo.
Muy bien protegidos
En principio, Aena se planteó trasladarlos a los jardines del museo aeronáutico, pero la Consejería de Cultura obligó a conservarlos y protegerlos adecuadamente, según fuentes de la Delegación Provincial. Por ello, estas piezas estarán protegidas por una estructura de hormigón ligero, mientras que todo el perímetro se rodeará de árboles. Así reza el expediente en redacción que está a punto de concluir –posteriormente lo tendrá que aprobar la Comisión Provincial de Cultura–. Si no hay contratiempos, los trabajos para adaptar el espacio comenzarán en breve para que pueda visitarse a mediados del año que viene, según ha sabido 20 minutos.
Pero no toda la necrópolis se exhibirá. Se han elegido cinco tumbas que representan los modelos de enterramiento usados en la época. Incluso su disposición mantendrá la misma orientación: unos mirando de norte a sur y otros, de este a oeste. En el suelo estará la parte superior del pozo y el aljibe, mientras que en una vitrina se guardarán piezas pequeñas, como collares o ánforas. Todo se explicará con paneles.
Vigilancia en la segunda pista
La obra de la nueva pista de aterrizaje, operativa en 2010, comienza a mediados de 2007, mientras que sus excavaciones arqueológicas lo harán en breve. Unos 895.000 euros costarán estos trabajos que garantizan vigilancia durante 33 meses, casi lo mismo que dura la ejecución de la pista de vuelo, con el fin de documentar y proteger los posibles restos que puedan hallarse.
Fuente: 20 minutos
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