El hallazgo de un horno cerámico de la época romana en el número 3 de la calle Solano, donde se proyectaba la construcción de un bloque de viviendas, ha variado radicalmente los planes de la empresa propietaria del solar, SAEA S. L.
Dada la singular importancia de los restos -hasta el momento no se ha catalogado nada similar en Cádiz - los titulares de la finca han optado por «reformar completamente el proyecto de ejecución de las obras, para no dañar la estructura arqueológica y permitir su integración en el edificio», según explicaba Enrique Arroyo en nombre de la constructora.
Aunque Arroyo reconoce que «hay empresas que no siempre cumplen el protocolo establecido para estos casos», desde SAEA se he querido «ofrecer un ejemplo y optimizar los recursos, de manera que el horno romano sea un atractivo más del edificio, en vez de un problema».
Para llevar a cabo la iniciativa, los promotores tienen que acometer la resituación de columnas y pilares, alguno de los cuales deberían haberse apostado sobre la estructura. Posteriormente, se dispondrá una «coraza de hormigón» para proteger el horno, con el objetivo de habilitar «un armazón que permita la conservación de la pieza, con una entrada aparte, de modo que no se moleste a los vecinos cuando sea necesario entrar a formalizar trabajos, por cuestiones técnicas o por curiosidad».
En cualquier caso, desde la empresa se ofrecerá «una copia de las llaves a las administraciones competentes, para que sean ellos quienes gestionen la entrada y salida de los interesados, ya que tampoco se trata de disponer la entrada libre, sino una especie de camino de servidumbre que no afectará a los propietarios».
Área industrial.
Desde que se tuvo conocimiento de la aparición de los restos, la constructora ha puesto a trabajar a un equipo de arquitectos y arqueólogos que se coordinará con los especialistas de Cultura «para definir la mejor solución posible» y abordarla «de inmediato».
La responsable de las excavaciones que han permitido la localización del hallazgo, María Luisa Lavado, destacó la relevancia del horno «en cuanto a que implica la necesidad de replantear la existencia de un área industrial en el casco histórico durante la época romana». El horno, que conserva algo más de la mitad de su estructura, tiene una planta de 2,20 metros de diámetro en base.
Fuente: La Voz Digital
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