Málaga. Un viaje en el tiempo, desde el siglo VII a. C. hasta el siglo VII de nuestra era, es lo que propone El escenario de la ciudad, una exposición que hace mirar hacia atrás para así poder comprender la importancia de la recuperación del Teatro Romano de Málaga.
Hasta el próximo 14 de enero, en el Palacio Episcopal, será posible conocer tanto el pasado como el futuro de este hito urbano.
Esta muestra, que forma parte del ciclo de actividades Tiempos de púrpura, tiene un “carácter marcadamente pedagógico”, según dijo Francisco López, delegado en Málaga de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, organizadora de la exposición con el apoyo de Unicaja, la Diputación de Málaga, la Universidad de Málaga y el Museo Picasso, entre otros.
De hecho, El escenario de la ciudad es una de las principales actividades de Tiempos de púrpura. Y la razón de ello es la gran cantidad de piezas arqueológicas que reúne y el m+odo en que las muestra. Entre las sorpresas que acoge destaca la escultura marmórea de la musa Urania, una obra del siglo II adquirida por los marqueses de Casa Loring, que actualmente pertenece a la colección del Museo Arqueológico Nacional, y que se expone públicamente por primera vez.
El modelo expositivo escogido para El escenario de la ciudad es un modelo posible “para el gran Museo de Málaga” del Palacio de la Aduana, según afirmó el delegado de Cultura, Francisco López. El montaje, obra de José F. Oyarzábal, combina criterios museográficos clásicos con una forma contemporánea que prima lo divulgativo y lo formativo, tal y como aclaró Manuel Corrales, uno de los comisarios científicos de la muestra.
Aunque la mayoría de la piezas pertenecen al Museo de Málaga, y casi todas provienen del Teatro Romano, la exposición también incorpora obras cedidas por el Museo Municipal de Antequera, el Museo Arqueológico de Sevilla y el Museo Nacional de Arqueología de Lisboa, entre otros.
Lo que cuenta El escenario de la ciudad es la historia del Teatro Romano de Málaga, desde sus orígenes como tal teatro, la parte principal de la muestra, como su transformación en factoría de salazones y garum, y su posterior uso como necrópolis. No hay aspecto que no retrate la muestra. Incluso es posible, mediante un vídeo de animación digital, pasear por la construcción tal y cómo debió de ser en su época de esplendor, cuando servía de centro para la vida social de la ciudad.
El recorrido por la vida del teatro comienza por el Puerto, origen de la ciudad. Una frase, que con sus 285 metros de longitud recorre toda la muestra, sala tras sala, guía al visitante. Más de cien piezas componen El escenario de la ciudad, tanto utensilios de pesca, ánforas salsarias, lucernas, cerámicas, monedas, mosaicos como el de Bellerofonte y ajuares áureos de dos tumbas, así como imágenes de musas, como la Calíope hallada en Écija o el mosaico de las musas del Museo Arqueológico Nacional de Lisboa. Aunque una de las estrellas de la colección, tras la Urania, es La dama de la Alcazaba, escultura hallada en el siglo XVIII en el Puerto de Málaga.
Otros elementos que podrán conocer los visitantes son las representaciones escénicas, como las máscaras encontradas en Antequera, Mérida y Córdoba. También es muy llamativa una paleta de marfil fenicia decorada con la imagen de un faraón.
El viaje propuesto ilustra el porqué de su nacimiento, reflejo de Roma, las costumbres, algunas tan curiosas y desconocidas como la práctica del juego de tres en raya en las gradas del teatro, con piezas que lo ilustran, hasta la división de clases sociales en el edificio. También es posible seguir su muerte, al convertirse finalmente en cementerio, tras haber servido de fábrica, y su sorprendente reaparecer el 26 de agosto de 1951, que no quedó completo hasta la demolición de la franquista Casa de la Cultura.
Fuente: Malaga Hoy.
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