Las excavaciones en el valle de Benasque a lo largo de cuatro años sacan a la luz vestigios de los primeros pirineístas. Descubierto un crampón, una pieza metálica que se ajusta al pie, utilizado en una de las primeras ascensiones al pico del Aneto.
MARIANO GARCÍA. Zaragoza "Llevamos cuatro años de trabajo y ya tenemos más de 3.000 gigas de información y fotos. Hemos sacado a la luz cosas muy interesantes pero queda todavía mucho trabajo por hacer. La verdad es que Benasque y su entorno constituyen una zona privilegiada: ha sido frontera, aduana, paso… Tan sólo en cuatro kilómetros a la redonda del Hospital se han localizado 480 puntos fértiles desde el punto de vista arqueológico". El empresario barbastrense Jorge Mayoral, "alma mater" del complejo hostelero Hospital de Benasque (Huesca), no oculta su satisfacción ante los resultados de un proyecto de investigación que está ofreciendo excelentes resultados. Hace cuatro años decidió contribuir a la recuperación de la historia de Benasque. "Pensé que era mi obligación trabajar por el entorno, y ahora resulta que me he "enganchado". Los resultados son excelentes, nos estamos enterando de muchísimas cosas interesantes del pasado de Benasque, y el equipo de trabajo es fantástico".Este año, por ejemplo, se han realizado excavaciones arqueológicas en el Cuarto Hospital, un edificio que se mantuvo en uso entre 1840 y 1869, un momento clave en la historia del Pirineo, porque fue en ese periodo cuando llegaron los primeros montañeros, y cuando el francés Albert de Franqueville y el ruso Platon de Tchihatcheff pusieron por primera vez el pie en la cima del Aneto el 20 de julio de 1842.
Una noche en la cumbre
Albert de Franqueville contó en un libro que, antes de iniciar el asalto a la cima, pasaron noche en el Hospital de Benasque. Y de aquella época, precisamente, los arqueólogos han encontrado en sus trabajos un crampón, una pieza metálica de hierro que se ajustaba a la planta del pie y que se utilizaba en las ascensiones."Es la época dorada del pirineísmo -señala el arqueólogo José Luis Ona, gran conocedor de en los trayectos del Quijote por Aragón y la presencia del Goya joven en Aragoza-. La época en la que, procedentes de Luchón, comenzaban a pasar el puerto de Benasque gentes que ya no eran comerciantes ni peregrinos, sino pioneros del montañismo, que sabían que el Aneto no había sido hollado y querían medirse con él". El hallazgo del crampón, ¿es una simple curiosidad? No.
La trágica historia de Barrau
"Debe ser el único que se ha recuperado hasta ahora en excavaciones arqueológicas, y tiene su interés y su valor sentimental. Precisamente en una de las vitrinas del museo de Luchon se expone uno prácticamente igual al de Benasque, que perteneció al guía Pierre Barrau, conquistador junto a Fréderic Parrot del pico de la Maladeta el 29 de septiembre de 1817. Barrau murió en el glaciar de la Maladeta el 10 de agosto de 1824, al ceder un puente de nieve que él creía seguro, y precipitarse al fondo de la enorme grieta. Muchos años después, en 1931, otro guía luchonés, Louis Baten, encontró en el frente del glaciar unos restos (crampón, fémur, vestimenta y calzado) que enseguida relacionó con Barrau. Trasladados a Luchon como una preciada reliquia, se exponen en el museo de la localidad", añade José Luis Ona.Y, ¿a quién perteneció el crampón hallado este año en Benasque? De momento es una incógnita, y seguramente lo seguirá siendo para siempre. Pero los trabajos en el Cuarto Hospital están ofreciendo abundante información a los historiadores. De entrada, se trata de una investigación prácticamente pionera en España, ya que la excavación arqueológica se desarrolla a una altitud de 1.750 metros.
Un edificio de carabineros
"Lo que nos hemos encontrado en esta primera campaña de excavaciones es un edificio de unos 35 por 8 metros, dividido en su interior. Aunque no lo hemos excavado en su totalidad, podemos decir que tenía una gran sala de cocina y dormitorio, una estancia para el hospitalero y su familia, y otra para los carabineros. Y es que en esta época, entre 1840 y 1869, el Hospital de Benasque fue, también, un puesto avanzado de carabineros, además de refugio de montaña".Los trabajos se han centrado en un área de unos 100 metros cuadrados del edificio. Además, se ha descubierto que, rodeando los muros exteriores, había una curiosa y cuidada canalización de suelo empedrado y lateral de pizarra para evacuar las aguas. Han aparecido también monedas de los reinados de Fernando VII e Isabel II, restos de porcelana y seis fichas de dominó, en hueso y madera, que debieron usar los carabineros.La investigación en el Cuarto Hospital ha sido desarrollada por los arqueólogos Carine Calastrenc, Óscar Lanzas, Raúl Leorza y José Luis Ona. Se enmarca en el programa Interreg III A, "Hospitalidad pirenaica-Hospitalité pyrénéenne", en el que colaboran la Unión Europea, el Gobierno de Aragón, la Region Midi Pyrénées, el Ayuntamiento de Benasque, ARPE-Midi Pyrénées.
Fuente: El Heraldo
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