06 noviembre 2006

El hallazgo de pinturas rupestres en la cueva Praileaitz reafirma su valor como yacimiento


La ley vasca de Patrimonio obligará a preservar el recinto de Deba, donde se han encontrado 29 colgantes de hace 5.000 años, utilizados con carácter ritual.

CRISTINA TURRAU

SAN SEBASTIÁN. DV. La Diputación de Gipuzkoa y la Sociedad de Ciencias Aranzadi anunciarán en breve nuevos hallazgos pictóricos en la cueva de Praileaitz, en Deba, -de cuya relevancia ya informó DV en julio- que reafirman su valor como yacimiento arqueológico de gran importancia. La antigüedad de dichas pinturas no se ha dado a conocer oficialmente.

Según la asociación ecologista Mutriku Natur Taldea, las pinturas son más antiguas que las de Ekain y habrían sido catalogadas provisionalmente en la época Solutrense, es decir hace unos 20.000 años. Sin embargo, las entidades oficiales no quisieron pronunciarse al respecto. El Gobierno Vasco y la Diputación llevan un tiempo analizando los descubrimientos y han entrado en contacto con los responsables de la cantera Zeleta S.A., dentro de cuya explotación se ubica la cueva.

Unas pinturas rupestres, como las encontradas en Deba requieren la conservación «in situ», según establece la ley vasca de Patrimonio. La cueva no podrá ser destruida. Y ello beneficiará a unos descubrimientos que tienen admirados al equipo de Aranzadi. Al margen de las pinturas, hay 29 colgantes de carácter ritual, realizados hace 15.500 años, que pertenecen al periodo Magdaleniense inferior, dentro del Paleolítico superior. Al no estar acompañados por vestigios de instrumentos, restos de talla o restos de fauna, el equipo ha llegado a la conclusión de que la cueva fue habitada por una única persona. Este individuo, según las investigaciones, tendría un papel especial dentro de la colectividad, realizaría un trabajo creativo de carácter ritual.

El yacimiento

El trabajo del equipo de Peñalver en la cueva comenzó en 2000. En 2001 aparecieron los primeros colgantes y el descubrimiento se mantuvo «en secreto» hasta el 2005. Tras la presentación de los hallazgos, se aprobó un proyecto de investigación de dos años, financiado por la Diputación y el Ayuntamiento de Deba, que comenzó en 2006 y terminará en 2008. «Este verano hemos excavado hasta hace dos días y en primavera retomaremos los trabajos», explicó ayer a DV Xabier Peñalver. «Ahora empieza el trabajo de laboratorio y podemos hablar de la gran importancia de este yacimiento, sobre todo en lo que se refiere al Magdaleniense inferior, los hallazgos de hace 15.500 años, los colgantes, la información sobre el personaje especial que aquí vivió y sus actividades rituales».

Hubo una cueva anterior, Praileaitz II, que desapareció después de excavarse. Con los hallazgos de las pinturas y, según establece la ley vasca de Patrimonio, no podrá ocurrir lo mismo con «la cueva de los colgantes». Las pinturas de la cueva de Deba se sumarían a las que hasta ahora existen en Gipuzkoa, las de Ekain y las de Altxerri. La aparición de las pinturas abre un nuevo panorama y asegura que la cueva será preservada. Las pinturas no tienen imágenes de animales, sino que representan puntos y rayas.

¿Por qué se descubren más tarde las pinturas que los collares? Las cuevas de Praileaitz son grandes, tienen galerías y lugares a los que se accede a rastras. Los investigadores excavan primero en zonas relativamente próximas a la entrada, porque los habitantes de hace 1.500 años necesitaban luz natural, aunque utilizaran el fuego. Cuando pintan -ocurre en Ekain y Altxerri-, van hacia el interior de la cueva. Utilizan teas y lámparas de piedra con grasa.

Periodo anterior

Las pinturas son lo no extrictamente necesario, el «plus» de un antecesor, al que no le basta cazar, comer, defenderse y reproducirse. Pero las encontradas en Deba no pueden asociarse con el personaje que construyó los collares. La cueva de Praileaitz ha estado habitada por periodos muy anteriores. Y también posteriores. Por encima de los estratos donde se han encontrado los collares, hay restos de ocupación más moderna, de hace 10.000 ó 12.000 años. Debajo del nivel ocupado por este personaje «espiritual» hay vestigios de un periodo anterior, el Solutrense, hace 17.000 años. El equipo de Aranzadi ha datado también ocupaciones en la cueva de hace 25.000 años. Todo apunta a que las pinturas pertenezcan a ocupaciones anteriores a ese personaje. Pero es algo que de momento no puede asegurarse.

¿Qué guarda más valor, las pinturas o los trabajos del personaje «mágico»? Algunos investigadores quitan importancia a tener sólo en cuenta la antigüedad. Es el caso del propio Xabier Peñalber, quien se remite a la futura comparecencia de los responsables de la Diputación para todo lo referente a las pinturas, ya que no quiere confirmar o desmentir su existencia. «Plantear récords, dar valor a lo más antiguo es un error enorme. No hay que compararlo todo con Atapuerca o las pirámides de Egipto».

La cueva de Deba tiene unas características desconocidas hasta ahora en el periodo paleolítico superior. «Es un yacimiento muy importante en un contexto muy importante, porque la zona está llena de yacimientos de esta época».

Fuente: Diario Vasco

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