15 noviembre 2006

Un barco romano que naufragó en la costa española en el siglo I sorprendió a los arqueólogos por la variedad de sus tesoros históricos.











El barco de 30 metros de eslora y capacidad de 400 toneladas, fue descubierto frente a la costa de Alicante, en el este de España.
El hallazgo es la nave romana más grande que se ha encontrado en el Mediterráneo.

"Es una joya del mundo antiguo" dijo a BBC Ciencia Carles de Juan, arqueólogo subacuático a cargo del proyecto de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad Valenciana, en España.

"Tenemos un yacimiento en magnífico estado de conservación y nos sorprende este gran mercante romano, que creemos es uno de los más importantes del Mediterráneo occidental", agrega. "Y hemos corroborado con otros expertos que efectivamente es un tesoro arqueológico sin paralelo", dice el investigador.

Tesoro económico

El hallazgo fue bautizado Bou-Ferrer en honor a los buzos aficionados que lo descubrieron en 2000. Pero la exploración arqueológica, en la que también participa Franca Ciberchinni, profesora de la Universidad de Pisa, en Italia, comenzó en julio de este año.

Desde entonces, el equipo de arqueólogos subacuáticos ha estado llevando a cabo el detallado trabajo de catalogar lo que se descubrió a bordo de la nave. La importancia del hallazgo, dicen los científicos, está en el cargamento de ánforas que transportaba, de las que se han contabilizado hasta ahora unas 1.200 en perfecto estado de conservación.

"Sabemos con los estudios preliminares que estas ánforas contenían unas salsas derivadas de pescado, muy caras y apreciadas en el mundo antiguo", señala Carles de Juan.
"Esta exquisitez gastronómica se servía a los romanos de las clases más pudientes como acompañamiento de una variedad de platillos", afirma el investigador. Y agrega que "es por eso que concluimos que este barco tenía una elevada importancia económica".

Naufragio

Los científicos datan la embarcación en la mitad del siglo I y creen que formaba parte de las actividades comerciales de emperadores de Roma de la época, como Tiberio, Claudio o Nerón.
La embarcación, explica Carles de Juan, mantenía una ruta directa desde determinadas zonas hacia Roma para abastecer a una población cercana a un millón de habitantes. "Cuando lo vimos por primera vez supimos que era un hallazgo importante, pero ahora sabemos que tenemos una joya del mundo antiguo", dice el investigador.

Se cree que la embarcación, de la que gran parte todavía se encuentra enterrada bajo el fango del lecho marino, naufragó durante un temporal cuando viajaba de Cádiz a Roma. "Sabemos que el barco está muy lejos de la ruta que le llevaba desde Cádiz hasta Roma", afirma el arqueólogo.
"Así que lo más previsible es que ante una situación de fuerte temporal, los marinos decidieron abandonar su empresa y dirigirse a tierra para salvar la vida".

El hecho de que el barco naufragó muy cerca de la costa, aproximadamente a 1,5 Km., ha permitido a los científicos estudiar la embarcación. Es por eso que el proyecto, además del estudio arqueológico, abarca también la divulgación y exposición del yacimiento.

"El objetivo es que todo el cargamento de ánforas, así como lo que logremos rescatar del barco real, puedan quedar expuestos en un museo para que la gente pueda disfrutar de esta magnífica joya arqueológica", señala Carles de Juan.

Fuente: BBC Mundo.

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