27 noviembre 2006

Descubren bajo el Alcázar de Toledo restos romanos, visigodos y árabes de gran valor


Cisternas romanas para abastecimiento de agua, sillares visigodos, una muralla árabe y un jardín colgante del siglo IX considerado precursor de las soluciones ecológicas de la arquitectura actual son algunos de los restos aparecidos en el Alcázar de Toledo con motivo de las obras para ubicar en esta antigua fortaleza el nuevo Museo del Ejército o de Historia Militar de España.

Atrás quedan ocho años de investigación y de excavaciones minuciosas en las que se han removido 30.000 metros cúbicos de tierra. El director de los trabajos arqueológicos, Juan Zozaya, asegura que estas excavaciones han sido «de las más complejas de las realizadas hasta ahora en España». Todo lo descubierto se integrará en el futuro museo y podrá ser visitado por el público cuando abra sus puertas a finales de 2007 o principios de 2008.

El equipo de arqueólogos que ha trabajado en esta tarea ha encontrado, entre otros elementos, fragmentos cerámicos y restos de un desagüe romano, una dovela y dos sillares decorados de la época visigoda, restos de una muralla musulmana de finales del siglo VIII, numerosas muestras de cerámica árabe vidriada y sin vidriar y un 'jardín colgante' del año 802 que los árabes idearon al convertir la cantera de la que extraían las piedras para el Alcázar en un espacio verde dotado de un eficaz sistema de abastecimiento aprovechando la lluvia.

Precedente ecologista

«Es un ejemplo de precedente ecologista que hoy parece lo más moderno en arquitectura y que ya los árabes utilizaron», subraya Juan Zozaya, quien asegura que «estamos ante el primero documentado de la Península Ibérica y ante un ejemplo de cómo los musulmanes sabían sacarle rendimiento al agua de lluvia porque con poca agua y manteniendo la humedad sabían garantizar la supervivencia de los jardines».

De esa misma época son los vestigios de un 'pabellón de descanso' que el gobernador musulmán mandó construir a petición de los ciudadanos de Toledo para contener a sus soldados y evitar peleas y violaciones que, al parecer, eran frecuentes. De siglos posteriores son una 'sala de recepción' construida en el siglo XI para impartir justicia y los restos de dos torres atribuidas a la dinastía Trastámara. Además, estas excavaciones han puesto al descubierto casetas de obra del siglo XVI que sirvieron para la construcción del Alcázar moderno -con un aspecto similar al que hoy presenta- en la época del emperador Carlos.

Museo del Ejército

Todos estos restos se expondrán al público cuando el nuevo Museo del Ejército se instale en el Alcázar toledano, una fortaleza llena de historia situada en la cota más alta de esta capital, un cerro que un cristiano converso al Islam de nombre Ambrosio regaló a los musulmanes a finales del siglo VIII para que instalasen una guarnición.Trece siglos después el Alcázar levantado en este cerro se dispone a albergar las colecciones de este museo que sólo recibe unos 30.000 visitantes al año en su sede madrileña siendo ésta -su escaso éxito de público- una de las razones para su traslado a Toledo.

Fuente: Diario Montañés

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