El Gobierno andaluz la considera una de las grutas más relevantes del Mediterráneo por conservar vestigios desde el Paleolítico a la Edad de Bronce.
Nerja. La Cueva de Nerja, ubicada en el municipio malagueño del mismo nombre, ha sido declarada por el Gobierno andaluz bien de interés cultural en el rango de zona arqueológica, al considerarse una de las grutas más relevantes del Mediterráneo por conservar vestigios desde el Paleolítico a la Edad de Bronce.
Con esta medida, la Junta de Andalucía pretende completar la protección jurídica de la cueva, que ya fue declarada monumento histórico-artístico en 1961, a través de una delimitación espacial precisa para protegerla con la que "no contaba hasta ahora", informó ayer la Administración autonómica en un comunicado.
Concretamente, se protege una superficie de 110 hectáreas que incluyen todo el ámbito de afección directa sobre el sistema hídrico de la gruta y diversas cavidades cercanas, tanto conocidas como detectadas. Asimismo, junto con esta superficie, se fija una zona de protección en el entorno de alrededor de unas 179,5 hectáreas.
La Cueva de Nerja fue descubierta en el año 1959 y cuenta con un desarrollo horizontal de unos 750 metros de longitud caracterizado por el amplio volumen de sus salas. Las galerías del tercio meridional y externo, habilitadas para visitas turísticas concentran la mayor parte de la pinturas rupestres que alberga la gruta, especialmente las salas conocidas como Belén, Cascada, Fantasma, Cataclismo y el llamado Camarín de los Órganos.
De todas las cámaras cabe destacar la del Cataclismo, donde se puede comprobar la huella de un movimiento sísmico que tuvo lugar en la zona hace 800 mil años. En la primera cámara, la del Vestíbulo, el visitante puede observar una vitrina con restos humanos, cerámica y útiles. En la Sala del Belén aparece un enterramiento del 6.300 a. C. Para contemplar unas vistas fabulosas de las estalactitas y estalagmitas de esta cueva, conviene visitar el mirador que se encuentra en la Sala del Colmillo del Elefante.
Asimismo, la cavidad constituye un excelente registro fósil de la historia geológica regional y alberga uno de los principales yacimientos arqueológicos de la Prehistoria del Mediterráneo Occidental. Cuenta con una secuencia sedimentaria aún sin sondear en toda su potencia, pero que puede ser relevante para intentar dar respuesta a algunas preguntas históricas claves, como la extinción del Homo sapiens neanderthalensis y su sustitución por el Homo sapiens sapiens, el tránsito cultural de las últimas sociedades cazadoras-recolectoras a las comunidades productoras de alimentos o, incluso, el origen de la navegación al final del Pleistoceno.
Fuente: Malaga Hoy.
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