BÓVIDO. Uno de los dibujos hallados en el parque de Valderejo. / EL CORREO
Dibujos rupestres, monumentos megalíticos, lascas de sílex y cerámicas prehistóricas. Los investigadores del Instituto Alavés de Arqueología no dejan de asombrarse por la «cantidad y calidad» de los yacimientos que han localizado en el parque natural de Valderejo. Los expertos presentaron ayer uno de sus últimos hallazgos: las pinturas rupestres del Portillo de Lerón. Las imágenes de cuatro figuras -un sol, un arquero, un dibujo antropomórfico y un bóvido- fueron descubiertas «por casualidad» en marzo de 2006 cuando un equipo liderado por Fernando Galilea, responsable del programa de prospecciones del parque, buscaba un menhir del que ya tenían conocimiento.
Junto a las pinturas, que se encuentran en el abrigo de una roca, se han encontrado asimismo otros restos prehistóricos «de gran transcendencia», como un yacimiento del paleolítico y asentamientos humanos con cerámicas. Los arqueólogos, sin embargo, rehusaron dar más detalles hasta zanjar sus estudios.
Las imágenes rupestres, situadas a 1.175 metros de altura cerca de un sendero frecuentado por excursionistas, son de pequeñas dimensiones y están alineadas en una roca que ocupa poco más de un metro. Pertenecen al que se conoce como 'arte levantino', una técnica de dibujo prehistórica caracterizada por sus trazos esquemáticos realizados con pigmentos de mineral de color rojo.
Cereales y hierro
Según las hipótesis de los investigadores, los autores de las pinturas, que se encuentran en un estado de conservación «muy bueno y único», vivieron en la etapa de transición del Neolítico a la Edad de Bronce -entre el 3000 y 2000 antes de Cristo- y formaban parte de un asentamiento de ganaderos. Los arqueólogos creen que contaban con una importante número de cabezas de bóvidos y, en menor medida, de ovejas.
Así, a juicio del presidente del Instituto Alavés de Arqueología, Armando Llanos, los dibujos componen un ideograma que «pretende transmitir un mensaje en relación al cuidado y la preservación del ganado». El sol podría hacer referencia «al día o al verano», aventuró.
Los dibujantes residían en pequeños poblados con cabañas similares a las que habitan las actuales tribus africanas. Además, cultivaban cereales y conocían el hierro. Pero seguían construyendo herramientas de piedra con sílex y hachas pulimentadas con ofita, un tipo de roca compuesta de feldespato, piroxena y nódulos calizos o cuarzosos.
Los investigadores, sin embargo, dudan sobre si los antiguos habitantes de Valderejo fundían directamente los metales o comerciaban con ellos. Y es que, desde la época prehistórica este área ha sido una zona de paso que unía el mediterráneo con la cornisa cantábrica, a través del valle del Ebro.
La Diputación, que ha vallado la zona donde se encuentran las pinturas y colocado una lamina de cristal para proteger las imágenes, planea transformar Valderejo en un centro de difusión arqueológica.
Fuente: El Correo Digital
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