Los arqueólogos centran la investigación en un exceso de población en la zona y un importante cambio climático.
Un año más el poblado talayótico de Ses Païsses, en Artà, es excavado por 25 estudiantes de diferentes universidades españolas, acompañados por los arqueólogos Javier Aramburu y Jordi Hernández, quienes codirigen el proyecto.
Este año, se han sorprendido por el paso de la cultura talayótica a los honderos baleáricos, donde han percibido una ruptura total. El proyecto cuenta con una ayuda del Ajuntament de Artà y del Consell de Mallorca, y la campaña se prolonga del 7 al 31 de julio.
Ses Païsses es el mayor yacimiento de la Isla y el mejor conservado, además del que más puede documentar la cultura talayótica. En cuanto a lo que se refiere a los hallazgos de este año, el más destacado es lo que supuestamente fue una flauta, aunque también un objeto para cortar maleza de época romana, algunas linternas decoradas, también de época romana, y una moneda, además de otros objetos domésticos.
Entre otras cosas, los arqueólogos están trabajando en la excavación de un edificio que sitúan, aproximadamente, en el año 700 a. C. y con las excavaciones en horizontal pretenden precisar el modo de vida en el poblado.
En otro talayot, situado en la parte intermedia del poblado y más antigua — entorno al año 1100 a. C.— los arqueólogos han excavado de manera vertical, para tener una secuencia cronológica del poblado, de tal manera que han sacado a la luz un total de cinco edificios, uno encima de otro.
Según ha explicado Aramburu: «Tenemos toda la vida del poblado concentrada en aproximadamente cinco metros de altura. Para nosotros esto es muy importante porque nos permite seguir 1000 años de evolución de la prehistoria de las Balears».
A medida que han ido excavando, han visto como la cultura de los conocidos como honderos baleáricos, iniciadores de la cultura baleárica, arrasó con todo lo anterior. Mientras el resto de culturas aprovecharon lo construido anteriormente, apoyándose en muros y reconstruyendo los antiguos edificios, los honderos baleáricos provocaron un corte profundo.
En este sentido, Aramburu apunta que «hay un cambio radical entre los que levantaron los talayots y los posteriores honderos baleáricos. Ahora estamos intentando averiguar porqué. Creemos que hubo un colapso: se construyeron talayots, sufrieron un derrumbamiento total y la gente que quedó aquí se organizó de otra manera completamente distinta.»
No se trata de que fueran invasores, sino que se produjo un colapso de población y aquellos que no se marcharon quedaron desorganizados, de tal manera que tuvieron que construir nuevos edificios completamente diferentes, que no tenían nada que ver con lo que había debajo. «Estos edificios son en forma de riñón y están pegados al talayot, mientras que los nuevos son edificios más cuadrados. Se trata de otra mentalidad completamente diferente», explicó.
Para Javier Aramburu, hay un factor decisivo que condicionó la construcción de los edificios y el radical cambio entre culturas. Se trata de una variación del clima. «Este cambio tuvo que ver muy probablemente por el cambio climático. Hay una época fría en esos siglos. Y un exceso de población añadido a un cambio climático provocó un colapso y el derrumbamiento de todo lo que es la cultura talayótica. El tremendo cambio vino dado por un exceso de población y que el clima se volvió más árido. Ese es el eje de la investigación que estamos llevando a cabo. El nivel de destrucción de la cultura talayótica se aprecia perfectamente en estos puntos como, por ejemplo, con las columnas caídas».
Fuente: Ultima Hora
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