En marzo de 2008 estará resuelto el enigma sobre si la vieja fábrica de tabacos guarda bajo su suelo restos del pasado romano de Gijón. Y será así gracias a las prospecciones arqueológicas previstas, que comenzarán en el mes de setiembre y tendrán una duración de seis meses. El Ayuntamiento acaba de firmar sendos convenios con la Universidad Autónoma de Madrid y con la Universidad de Oviedo para que sus expertos acaben de definir el proyecto arqueológico. Además, serán ellos quienes se hagan cargo de la coordinación técnica de las catas.
El acuerdo alcanzado con la Universidad Autónoma de Madrid, en concreto con su Fundación General, tiene un coste de 68.403 euros e incluye también la realización de diversos trabajos arqueológicos en el yacimiento de Veranes. Sin duda, participará en el estudio Carmen Fernández Ochoa, catedrática de Arqueología de la Autónoma, y quien fuera responsable de Proyecto Gijón de Excavaciones Arqueológicas, que trabajó en la reconstrucción del Gijón romano desde 1982 hasta 1995 en el barrio de Cimadevilla.
Por su parte, el de la Universidad de Oviedo implica al grupo investigador en Topografía y Cartografía, y cuenta con un presupuesto de 42.000 euros en los que se incluyen, como en el primer caso, algunas intervenciones en Veranes. Con estas cifras se completan prácticamente los 115.000 euros que el Ayuntamiento tenía reservados para el proyecto arqueológico.
Con los convenios firmados, y el derribo de las naves adosadas finalizado, está previsto que los trabajos comiencen en el mes de setiembre, al mismo tiempo que volverán los estudios sobre el plan de usos de Tabacalera, unos usos que en cualquier caso podrían estar limitados por los hallazgos que resulten de las catas. En cualquier caso, el trabajo sobre los usos, paralizado por las elecciones y el cambio de Corporación, se retomará en breve. El nuevo concejal de Cultura y Educación, Justo Vilabrille, deberá encabezar la nueva comisión de seguimiento de este tema, tras la marcha de Mercedes Álvarez, con un cambio: ahora, la conversión de Tabacalera en la «referencia museística» de Gijón está incluida en el pacto de gobierno alcanzado con IU, por lo que la coalición también deberá aportar sus ideas sobre el futuro de la vieja fábrica de Cimadevilla.
Eso llegará más tarde y para tener unos usos definidos nadie se atreve a dar plazos. Por el momento, el paso más inmediato es comenzar las catas, para lo que el Ayuntamiento cuenta ya con los necesarios permisos de excavación emitidos por la Consejería de Cultura del Principado de Asturias. Durante seis meses, un grupo de expertos deberá excavar en aquellos puntos que el proyecto haya predeterminado, entre los que sin ninguna duda estará el antiguo convento de las Agustinas Recoletas, del siglo XVIII, el edificio principal de la fábrica. En caso de que se encuentren hallazgos, que podrían ser restos de construcciones anteriores, como viviendas, por su situación central en lo que fue la ciudad original, será la propia Consejería de Cultura la que decida cómo deben mantenerse esos restos. En realidad, es el mismo procedimiento a seguir con cualquier actuación urbanística que se pretenda llevar a cabo en Cimadevilla, ya que el barrio está considerado Bien de Interés Cultural, y es así como se han descubierto, entre otras cosas, restos de la muralla romana.
Los trabajos que comenzarán en setiembre darán luz a estas cuestiones, aunque lo cierto es que los arqueólogos no prevén hallar restos de importancia ya que, en caso de que los hubiera, no estarían en buen estado, porque la zona ha sido objeto de sucesivas edificaciones.
Fuente: El Comercio Digital
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