Los trabajos previos a la instalación de contenedores soterrados en la Plaza del Potro han permitido a los arqueólogos descubrir muros y otros materiales de clara adscripción cultural romana.
Las excavaciones previas a la instalación de contenedores soterrados en el casco histórico de Segovia se están revelando como una fuente destacada para el conocimiento del pasado romano de la ciudad, demostrando así que la extrañeza que hasta hace no muchos años expresaban los arqueólogos ante la falta de restos de esa época era debida a la escasez de investigaciones.
El último ejemplo que corrobora esta teoría se ha producido en la Plaza del Potro, con motivo de la excavación de un foso para la introducción de contenedores soterrados. Los trabajos arqueológicos realizados han dejado al descubierto la cimentación de un edificio romano, posiblemente público, del que se aprecian dos muros formados por bloques de granito de grandes dimensiones. Además de dicha estructura, que apoya directamente sobre el sustrato calizo, han aparecido diversos materiales de clara adscripción cultural romana.
El informe posterior a la excavación, realizado por la arqueóloga Isabel Marqués, propone la colocación de una malla geotextil que cubra todas las estructuras posibles, de forma que se evite así dañar a los muros en futuras intervenciones en dicho lugar.
En caso de que se confirme que este edificio situado en la Plaza del Potro es público, se uniría a la lista en la que también figura el yacimiento de la Plaza de Guevara número 4, excavado entre 1994 y 1996. Tal y como indica Luciano Municio González, la importancia de los restos arquitectónicos exhumados en ese lugar en sucesivas campañas sugirieron, desde el primer momento, el carácter de edificio público. La abundancia y riqueza de los elementos ornamentales, el desarrollo de los cuerpos de edificación (cuyas dimensiones exceedían las habituales en la arquitectura doméstica) y la aparente exageración en cuanto a los elementos de soporte y cimentación fueron explicados por los arqueólogos a partir de la necesidad de soportar los empujes de una cubierta monumental o de los propios elementos sustentantes.
Los estratos romanos aparecidos en la Plaza de Guevara número 4 habían quedado sellados por construcciones posteriores, bajo las que aparecieron, sin contaminaciones modernas, los restos del derrumbe parcial de la construcción romana.
Acabados los trabajos, los expertos concluyeron señalando que el aparecido en la Plaza de Guevara número 4 era “el primer conjunto de materiales romanos de auténtica importancia que puede estudiarse en Segovia”.
No obstante, el actual director del Museo de Segovia, Alonso Zamora Canellada, entiende que los primeros restos relevantes en la ciudad fueron sacados a la luz en el año 1864, al reformar los accesos a la iglesia de San Martín. En la labor de quitar las escaleras aparecieron los típicos pequeños pilares de ladrillo que sostienen los suelos de las instalaciones termales, así como una posible boca de horno. “Son unas termas que han de formar parte de una edificación mucho más extensa”, entiende Zamora Canellada, que cree que dicha construcción puede datarse en el siglo I después de Jesucristo.
A escasas decenas de metros de esas termas, en unas obras en la calle de Melitón Martín, es decir, junto a la Biblioteca Pública, apareció en 1985 una placa de bronce con inscripción latina, dedicada a un ciudadano romano de alto nivel social. Basándose en la cercanía de ambos hallazgos, Zamora Canellada afirma que se trata de la misma construcción.
Fuente: www.eladelantado.com
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