Esta protección es de índole local y llegará pareja a la revisión del Plan General Municipal (PGM), que en este momento redacta Ezquiaga Arquitectura. Precisamente, entre los cometidos de este estudio madrileño figura el de incluir en el Plan un catálogo de espacios protegidos, donde el Ayuntamiento logroñés ha decidido que figuren los restos del Monte Cantabria y Varea.
Gómez Ijalba reconoció que no se trata de la protección que tanto su partido (el PR), como el PSOE u otros colectivos ciudadanos (fundamentalmente, la asociación Amigos de La Rioja) han venido reclamando desde hace años al Gobierno regional, al que solicitaban para estos restos la declaración de Bien de Interés Cultural. Sin embargo, la que ahora se le otorga, con ser de carácter local, «es suficiente para preservar estos restos y que nadie pueda hacer ningún tipo de actuación que pueda perjudicarlos».
En menos de un año
La decisión de proteger estos yacimientos concretos se debe a su enclave. «Están fuera del núcleo de población y veíamos que podía existir una degradación importante de estos restos, al no tener un control inmediato sobre ellos», argumentó el concejal. Este paso, que se materializará «en poco menos de un año» -calculó-, irá aparejado a «otras actuaciones que haga este Gobierno, encaminadas a poner en valor ambos yacimientos con el fin de convertirlos en un reclamo de visitantes y una fuente de conocimiento y de cultura para los propios logroñeses».
Ijalba concretó en qué consistirán estas actuaciones. «Hay que desarrollar un proyecto, ambicioso, que pasa por un centro de interpretación y la recuperación de las ruinas. Se verá en un futuro, aunque ya existen bocetos». Por lo pronto, la declaración de los yacimientos del Monte Cantabria y de Varea espacios de interés histórico y cultural deberá cumplir con los trámites pertinentes, hasta ser avalada por un acuerdo de Pleno municipal. Según el concejal de Urbanismo, «es lo máximo que puede hacer el municipio de Logroño» para su protección. El edil insistió en desinterés mostrado estos años atrás por el anterior equipo de Gobierno municipal, del PP, a la hora de respaldar la declaración del Monte Cantabria como Bien de Interés Cultural.
El Monte Cantabria fue un punto de partida de la historia más antigua de Logroño, de la época de Leovigildo, tres siglos antes de la época romana. Su riqueza arqueológica se traduce en restos de una fortificación, las tumbas adosadas a la cara externa de la muralla, las estructuras constructivas de nivel celtibérico (que se unen a la antigua ciudad berona de Varea) y hallazgos cerámicos. A esto hay que añadir la existencia de otro nivel tardorromano y un tercer nivel medieval, así como otros hallazgos numismáticos perfectamente documentados.
En cuanto a los yacimientos de Varea, los restos de una calzada, canalizaciones y bases y partes de diversas columnas hablan de la importancia de este asentamiento romano que, al parecer, se consolidó durante el siglo I y II de la era cristiana. Más reciente es el hallazgo de una manzana periférica de viviendas, también de época romana, en el antiguo solar de Carrocerías Ugarte.
Fuente: La Rioja
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