12 agosto 2007

Hallan un ánfora con un hueso en Son Espases y los arqueólogos sospechan que es una necrópolis

La excavación de urgencia detecta los restos de una basílica talayótica y un yacimiento romano El descubrimiento no afecta al proyecto del hospital, sino sólo a la zona del futuro aparcamiento.

M. A. RUIZ

PALMA.- Las arqueólogas Francisca Torres Orell y Magdalena Estarellas Ordinas sospechan que la finca Son Espases Vell, en la que estaba prevista la construcción del nuevo hospital, alberga todavía los restos de una necrópolis romana con enterramientos en ánforas, una práctica de la que apenas existen precedentes en Baleares.

Aunque por el momento se trata sólo de una «hipótesis de trabajo», basada en la presencia de numerosos fragmentos de ánforas romanas del siglo I antes de Cristo, bajo una de las cuales se ha hallado un hueso presumiblemente humano.

La prospección de urgencia ordenada por el servicio de Patrimonio también ha sacado a la luz la existencia de unos muros que, según ambas arqueólogas, podrían corresponder a un santuario talayótico con planta en forma de herradura, cuya antigüedad podría remontarse a los primeros siglos antes de Cristo.

Estos descubrimientos fueron los que, el pasado mes de julio, llevaron al Consell a paralizar las obras del futuro hospital de Son Espases en una superficie de cerca de 63.000 metros cuadrados de la finca que no afecta a todo el proyecto hospitalario, sino únicamente a las zonas en las que estaba previsto construir el aparcamiento en superficie y el helipuerto.

Luego vendría la decisión política del Govern de Antich de suspender completamente las obras durante dos meses, con el fin de buscar fórmulas legales para abortar el proyecto impulsado por Matas y recuperar la idea original del Insalud de construir el hospital sobre el solar del actual Son Dureta.

En su informe entregado al Ib-Salut, las dos arqueólogas designadas por la ute que lideran FCC y Dragados explican que «una de las grandes sorpresas» de su trabajo ha sido descubrir en la zona destinada a la construcción del helipuerto, bajo la primera cobertura vegetal, la existencia de «la planta completa de una estructura del talayótico final», en concreto los muros de un recinto absidal que podría haber tenido un uso religioso.

Santuario talayótico

Este hallazgo, señalan, podría estar vinculado a las referencias que algunos historiadores y arqueólogos hacen a un poblado talayótico situado en las inmediaciones de Son Cabrer, que habría quedado arrasado en su día por la construcción del Camí dels Reis y de la carretera de Valldemossa.

Pero Francisca Torres y Magdalena Estarellas se muestran convencidas, además, de que en la zona al próxima al monasterio de La Real (donde iba a construirse el aparcamiento) existió una necrópolis romana del siglo I antes de Cristo. En estos terrenos han hallado una gran profusión de fragmentos de ánforas de estilo púnico-ebusitano e itálico, bajo uno de los cuales ha aparecido un hueso «que con casi total seguridad es humano y perteneció a un adulto».

Magdalena Estarellas ha explicado a este diario que apenas hay constancia de enterramientos en ánforas en Baleares (salvo algún ejemplo de poca relevancia en Eivissa, en urnas funerarias, y en Pollença), aunque sí existen casos perfectamente datados en otras zonas del Mediterráneo como Tarragona, de una época más tardía.

Investigar estos restos, añadió Estarellas, tendría un especial interés para conocer nuevos datos sobre cómo se desarrolló «el hábitat talayótico final en Mallorca y cómo afectó a la población indígena la llegada de la cultura romana».

Para ello, ambas técnicas están a la espera de que el Consell autorice realizar la correspondiente excavación arqueológica, a partir de la prospección del terreno realizada durante las últimas semanas. Aunque esta decisión no tiene por qué afectar en lo sustancial al proyecto de Son Espases, cuyo futuro está en manos de la voluntad política del Govern de Antich.

Por supuesto, no se podrá colocar ni un ladrillo sobre los restos de la presunta basílica talayótica: bastaría preservarlos e incluso acondicionarlos para que puedan ser visitados por el público (como se hizo en el parking de la Vía Roma) y buscar una nueva ubicación para el helipuerto.

Los indicios

En cuanto a la posible necrópolis romana, si finalmente los únicos vestigios son piezas de cerámica con huesos (por el momento no ha aparecido ningún muro ni estructura) serían depositados presumiblemente en el Museo de Mallorca para su estudio.

Las propias arqueólogas admiten en su informe que «no hay suficiente información para confirmar la existencia de una necrópolis, sólo la excavación permitirá encontrar la respuesta». Aunque, según Estarellas, hay otros elementos que respaldan esta tesis, como la ubicación del yacimiento en una zona elevada (mientras que los núcleos de población se situaban habitualmente en terrenos llanos, junto a las tierras de cultivo), la abundante presencia de restos de cerámica romana y la proximidad del recinto talayótico.

Fuente: El Mundo

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