04 agosto 2007

Argentina: En Catamarca logran rescatar una aldea de más de 2.000 años


Luis G. Mercado CATAMARCA. CORRESPONSALIA catamarca@clarin.com

Arqueólogos y antropólogos de la Universidad de Buenos Aires están realizando estudios geofísicos para reconstruir una aldea de 2.000 años de antigüedad. Se halla semienterrada en Catamarca. Más precisamente en Palo Blanco, Tinogasta, y a 2.000 metros de altura.

"Este yacimiento fue descubierto en los 60 por la doctora Carlota Sempé; y nosotros, cuarenta años después y con las nuevas tecnologías, hemos retomado sus investigaciones", contó la antropóloga Norma Ratto, a cargo del proyecto.

Los trabajos en el terreno se iniciaron en 2004 con técnicas no invasivas, para no dañar los restos enterrados (ver Claves..."). Mientras la doctora Sempé hablaba de su hallazgo como un "sitio", Ratto explica que es "una aldea", porque "su magnitud equivale a la de una localidad que habría funcionado como lugar de residencia".

Se sospechaba de eso, porque en la superficie se habían hallado muchos fragmentos cerámicos. Hasta ahora se encontraron ocho núcleos habitacionales, que están siendo cercados para evitar su destrucción.

Están formados por tapias que fueron realizadas mediante una técnica novedosa. Consiste en un encofrado de madera rellenado con tierra húmeda, luego apisonada y posteriormente secada al sol. Esta técnica es anterior al adobe, y también a las construcciones de adobe y piedras superpuestas unidas con barro, que hoy se ven en las rústicas casas de los puesteros de la montaña.

Esas tapias forman módulos de 1,20 a 1,40 metro, que los constructores fueron adosando, armando rectángulos. La aldea fue datada entre el año 1 y el 500 d.C. Según la antropóloga, "podría ser una de las primeras sociedades productivas en la zona con economía agropastoril. Estas son las primeras sociedades productivas que comienzan a asentarse en forma sedentaria en aldea; allí comienzan las primeras diferenciaciones sociales y las diferentes jerarquías", agregó Ratto.

La antropóloga resaltó la importancia del hallazgo: "Faltan palabras para trasmitir su valor cultural e histórico, porque hace a la vida de todos los pueblos que habitaron esta zona mucho antes de la actualidad".

"Hablamos de una historia de más de 2.000 años. Entonces -prosiguió-, lo peor que hay para la arqueología es que vengan con una pala y comiencen a hacer agujeros por todos lados, porque se romperían los distintos rasgos y los conceptos para explicar e interpretar esta historia". Y de inmediato reclamó a la Dirección de Antropología de la provincia que la zona sea declarada reserva y preservada.

Palo Blanco, que forma parte de Fiambalá, tiene unos 1.700 habitantes, en su mayoría descendientes de los pueblos originarios. "La vida de los pobladores de hace 2.000 años no es muy diferente de la de los pobladores actuales, con un lugar fijo de residencia y puestos de altura para vivir y llevar al ganado durante las diferentes épocas del año", comentó Ratto.

También hay restos de construcciones antiguas en La Herradura, La Mesada, Chuquisaca, Antinaco, Punta del Agua y La Ciénaga, aunque no tan bien conservados. El viento zonda "transporta" los médanos, y las hace aparecer y desaparecer.

Las excavaciones para sacar a la superficie esta aldea no comenzarán hasta noviembre o diciembre, porque "primero se debe analizar todos los datos extraídos y así crear una buena estrategia", señaló Ratto.

Fuente: Clarín

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