06 agosto 2007

Murcia: El municipio desaprovecha la proyección turística de su riqueza arqueológica

Los restos más importantes en el entorno de la capital, más allá del polémico yacimiento de Senda de Granada y de los restos de muralla árabe que salpicadamente se encuentran por el centro de la ciudad, se encuentran en dos pedanías del municipio y son respectivamente el martyrium de La Alberca y la basílica y baptisterio de Algezares.


para saber más:
Estudio sobre el Martyrium de la Alberca.

Memorias de arqueología:Estudio de materiales de La Basilica de Algezares y campaña de excavación.

Poco conocidos

Ambos son de los monumentos paleocristianos más antiguos de la península ibérica, pero su significación dista mucho de su conocimiento popular. El martyrium es más conocido en La Alberca como Los Baños de la Reina Mora por la conexión que habitualmente se hace entre lo antiguo y el pasado árabe. Pero la importancia de ambos monumentos, cuyo estado de conservación es óptimo más allá de la proliferación de matorrales que la Consejería de Cultura afirma periódicamente eliminar, pero que sólo pueden ser visitados por investigadores y por grupos que vayan acompañados de responsables del servicio de patrimonio; va más allá de la propia belleza de ambas construcciones, sino que al ser edificios religiosos, destinado el de La Alberca a alojar los restos sepulcrales de un mártir, y el de Algezares a realizar el rito bautismal por inmersion, sólo una autoridad episcopal podría autorizarlos. Ello significa no sólo que en la Sierra de Carrascoy había una significativa concentración humana, que representaría una primera Murcia, sino que en ella residía un obispo.

El profesor García del Toro califica a estos dos monumentos como «los Vaticanos de Murcia», porque si en Roma se aloja la tumba del mártir San Pedro, estos restos demuestran que en Murcia desde el siglo III había una consolidada comunidad cristiana, que contaba con mártires propios -seguramente los ajusticiados en el anfiteatro de Cartagena- y episcopado, que o bien coexistía con el de Cartagena, o bien el obispo de éste, se encontraba refugiado en el interior de la Región huyendo de las razzias godas en la costa, siempre según hipótesis de del Toro.

Todo esto no son descubrimientos arqueológicos novedosos, sino que hace décadas que la comunidad científica los conoce y estudia, y ambos monumentos se encuentran protegidos legalmente para impedir que los chalés y fincas privadas se comieran estos restos, como a punto estuvo de ocurrir con el castillejo de Monteagudo, cuyos cimientos el propietario de las tierras quiso en los setenta utilizar para hacerse una piscina. Estas actuaciones privadas reflejan la falta de sensibilidad que denuncia Del Toro en la sociedad murciana, pero también la escasa información que de estos conjuntos históricos se tiene a nivel popular, y la falta de concienciación por el valor arqueológico y también turístico que los restos pueden aportar a las pedanías en las que se encuentran y a la oferta cultural en su conjunto del municipio de Murcia y de la Región.

Fuente: La Verdad


El martyrium olvidado en La Alberca

Ubicado en la calle La Paz de La Alberca, tras un portón de hierro cerrado y una tapia, se encuentra este edificio funerario del siglo IV, destinado a alojar los restos de un mártir cristiano y junto a él, poderosos locales. Es Monumento Histórico Nacional desde 1931.

Es la primera iglesia martirial de la Región. Su planta es rectangular, consta de dos cámaras, una de ellas la cripta. Alrededor del edificio hay una extensa necrópolis de los habitantes humildes que quisieron yacer junto al mártir.

Es uno de los monumentos más citados por la historiografía paleocristiana y el más relevante del levante español. En el pueblo es conocido como Los Baños de la Reina Mora, confundiendo su origen con el domino árabe.

Fuente: La Verdad

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