El Campello: Recurren la destrucción de la villa romana al considerar «tendencioso» el informe

Imagen de lo que ha quedado de la villa romana, acotada con un muro de hierro

J. A. RICO Tendencioso. Así califican desde la Colla Muntanyenca y un arqueólogo independiente el informe realizado a instancias de la Conselleria de Cultura que ha permitido la desaparición del 80% de la villa romana descubierta en El Campello durante las obras de la circunvalación.

El informe al que ha tenido acceso este diario reitera que los restos «no tienen la suficiente entidad para ser conservados in situ», y muestran «la simplicidad de sus moradores», aunque al mismo tiempo reconoce el valor y buen estado de las termas y la existencia de cerámicas anteriores a la época romana, lo que según un experto podría abrir otra importante vía de investigación. Según la Colla, el informe no se ha dado a conocer a la luz pública oficialmente y pese a que data del 13 de junio, no llegó al Ayuntamiento hasta el pasado 29 de junio, adjunto a un documento de la empresa responsable de las obras, Ciralsa - a la única a quien Cultura ha remitido la resolución para autorizar la destrucción - , hecho que indigna a los ecologistas, que van a recurrir la decisión aunque lamentan que el daño ya está hecho, ya que recuerdan que cuando llegó ese documento al Consistorio las obras ya habían hecho desaparecer el 80% del enclave, al informar Cultura a Ciralsa tres semanas antes.
El informe explica que los sondeos arqueológicos pusieron al descubierto «la planta de un yacimiento en un considerable estado de degradación por la profunda transformación desarrollada en la zona durante en la zona durante las últimas décadas como consecuencia de la explotación hortofrutícola». La excavación puso de manifiesto la existencia de una casa de campo agrícola adscrita al área periurbana de la ciudad de Lucentum, que «se conserva mayoritariamente a nivel de cimentación y muestra el diseño de un edificio de planta cuadrangular organizado a partir de un patio o peristilo central, al cual se abren cuatro alas de estancias dedicadas a habitaciones y una pequeña instalación de tipo termal». El inmueble muestra un mejor estado en su ala norte, «cuyos muros conservan hasta tres hiladas de mampostería y la parte inferior de las termas». También se señala que se han descubierto instalaciones para almacenaje y transformación de los productos agropecuarios y alojamiento para los aperos del campo, animales y siervos. Del mismo modo señala que «se han hallado múltiples y diminutos fragmentos de objetos de la vida cotidiana, cerámicas de diferentes tipos, procedencias y funciones y algunos fragmentos de objetos de metal, hueso y vidrio», y apuntan a que pese a que datan la villa romana entre los siglos I a.C. y I d.C., constatan la existencia de restos de materiales más antiguos que califican «de carácter residual y marginal», como procedentes de ánforas púnicas, barnices negros áticos, barnices negros y rojos púnicos, ánforas greco-itálicas y cerámicas ibéricas de los siglos III-II a.C, y el hallazgo de restos de útiles de cocina itálicos, sobre todo cazuelas.
Agrega que «a diferencia de otras villa similares, en las cuales se han documentado elementos singulares como mosaicos, aquí nos encontramos ante unas edificaciones

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