02 mayo 2007

Unos turistas ciegos desatan la polémica al palpar los Guerreros de Terracota










Un grupo de turistas invidentes japoneses logró lo que casi nadie ha conseguido, tocar los Guerreros de Terracota de Xian (el más preciado tesoro arqueológico de China), aunque con ello han desatado cierta polémica entre defensores del patrimonio cultural chino, informó hoy la prensa estatal.

Los turistas solicitaron permiso al gobierno de la provincia de Shaanxi, que teniendo en cuenta las especiales circunstancias autorizó al grupo a bajar el pasado fin de semana a la fosa donde se encuentran los guerreros y palparlos, algo que para el resto de viajeros está estrictamente prohibido.

Los medios chinos publicaron varias fotos en las que los japoneses aparecen tocando con finos guantes los famosos guerreros, el pasado día 22 de abril.

Pedir permiso a las autoridades

'Este tratamiento especial ha hecho que la gente de Xian esté preocupada por las medidas de protección que aplica el gobierno local', señaló el diario 'China Daily'.

Tian Jing, subdirector del museo donde se encuentran los guerreros, defendió la medida señalando que las figuras de terracota que se permitió tocar son algunas de las que se encuentran en mejor estado, y 'se autoriza este tipo de visitas sólo en una fosa específica', aislada de las más importantes.

El subdirector agregó que nuevos grupos de visitantes que sean invidentes o presenten ciertas particularidades serán en el futuro autorizados también a tocar los guerreros elegidos para tal fin, aunque deberán antes pedir permiso a las autoridades provinciales de protección cultural.

Los Guerreros de Terracota fueron modelados hace más de dos milenios para 'proteger' la tumba del Primer Emperador chino, Qin Shihuang, cuyo mausoleo, aún no abierto por los arqueólogos, se encuentra a unos dos kilómetros del museo.

Los guerreros actuales (unos 6.000) son una pequeña parte del ejército que se modeló, y el resto siguen enterrados en los alrededores del mausoleo, aunque los arqueólogos temen que desenterrarlos dañe irreversiblemente las estatuas.

Cuando el grupo de guerreros que ahora está a la vista de los turistas fue descubierto, en 1974, las estatuas estaban pintadas con vivos colores, pero éstos se volatilizaron en poco tiempo, por el contacto con el aire libre.

El pasado año, un artista alemán, Pablo Wendel, se disfrazó de guerrero de terracota, logró bajar al foso y se fotografió como un miembro más del célebre ejército, un hecho anecdótico que sin embargo también extendió preocupación por las medidas de seguridad y conservación en el museo.

Fuente: Terra Actualidad

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