02 mayo 2007

Egipto exige la devolución de tesoros a quien quiera excavar










Si alguien en el mundo se considera el heredero de Indiana Jones, ése es Zahi Hawass. El secretario general del Consejo Superior de Antigüedades de Egipto no ceja en su empeño de ver las más preciadas reliquias nacionales en suelo patrio, aunque sea de forma temporal.

Y Hawass apuesta por todo lo alto. El obstinado egiptólogo ha anunciado esta semana que el Ministerio de Exteriores egipcio enviará cartas al Reino Unido, Francia, Alemania y EE.UU. para pedir en préstamo las más importantes piezas egipcias que guardan en sus museos, entre ellos la Piedra Rosetta y el busto de la reina Nefertiti.

Hawass quiere que las piezas se exhiban en la inauguración del nuevo Museo Egipcio, prevista para el año 2011, que se situará en los aledaños de las pirámides de Giza, o en el museo Atum, que abrirá sus puertas en la ciudad de Minia (en el delta del Nilo) en 2010. La batalla será complicada. Ésta no es la primera vez (ni será la última) que Egipto emprende tamaña empresa.

Recientemente, el mediático arqueólogo exigió al gobierno alemán que la bella reina policromada, que actualmente se expone en el Museo Antiguo de Berlín, viajara durante tres meses a Egipto.

Hawass quería que la valiosísima pieza hiciera una gira por su país natal antes de ser trasladada al Museo Nuevo de la capital alemana, prevista para 2009, donde las autoridades germanas quieren que la reina descanse eternamente. Pero la negativa fue rotunda: Nefertiti no está en condiciones de viajar.

El busto de la reina, de 3.000 años de antigüedad, fue descubierto en 1912 por un egiptólogo alemán, y desde entonces se encuentra en Alemania.

El Museo Británico tampoco parece estar por la labor de ver una de sus más valiosas piezas, la Piedra Rosetta, en tierras faraónicas. La estela de granito negro, descubierta en 1799 por las tropas napoleónicas en el delta del Nilo, sirvió para descifrar la escritura jeroglífica y su valor es incalculable. El Reino Unido se ha negado siempre a prestar una de las piezas estrella de su museo de arte antiguo.

Pero Hawass también quiere contar con el zodíaco del templo de Déndera, un valioso bajorrelieve que se situaba en el techo de este santuario egipcio y que hoy se muestra en el museo del Louvre de París. Y con las esculturas de los arquitectos de las pirámides de Keops (Hemiunu, en el Museo Roemer-Pelizaeu de Berlín) y de Kefrén (Anchhaf, en el Museo de Bellas Artes de Boston).

La cruzada por recuperar sus tesoros expoliados tiene mucho de nacionalista. El mes pasado, un Hawass triunfador sacaba pecho tras conseguir recuperar un mechón de pelo del mismísimo Ramsés II que un incauto había intentado vender a través de Internet.

Fuente: ABC

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