El Centro de Estudios Turiasonenses (CET) convirtió el Día Internacional de los Museos, el pasado viernes, en una jornada de reivindicación. La entidad reabrió la Exposición Permanente de Arqueología, ubicada en los Bajos del Palacio Episcopal tras las obras de adecuación, y reclamó de nuevo un museo de arqueología e historia en el que se pueda mostrar el fondo recuperado en las dos últimas décadas.
Según explica el director del CET, Jesús Criado, la muestra permanente es tan solo un 10% del fondo que se encuentra catalogado aunque la ausencia de un museo impide su muestra.
Por falta de espacio, ese fondo es propiedad del Museo de Zaragoza hasta que se abra un museo y también por esa razón, la cabeza romana de César Augusto aparecida en Tarazona, "una pieza única", permanece en la capital aragonesa con pocas opciones de que vuelva a la Ciudad del Queiles.
"Es importante que los restos que son de Tarazona lo sean también legalmente en propiedad", asegura. "Solo con un museo garantizaríamos la conservación y divulgación de los objetos arqueológicos, porque las piezas son de todos los turiasonenses" y sería "el colofón a la gran labor realizada por el Centro de Estudios". Como respaldo a esa labor, el acto de reapertura estuvo presidido por Carlos Forcadell, director de la Institución Fernando el Católico.
Para Jesús Criado, "la necesidad de un Museo Arqueológico parece poner de acuerdo a todos", sin embargo, destaca que "ha de ser un proyecto que impulse una institución, ayuntamiento o comarca, y que cuente con el respaldo de instituciones provinciales y regionales: es necesario crear la conciencia de servicio público del museo". Como apunta, "cuesta creer que una ciudad con la Historia de Tarazona y el fondo que ha recuperado el Centro de Estudios desde 1979 no cuente con un espacio específico".
En la exposición permanente se puede ver "una muestra representativa de la Historia de la ciudad", con piezas del pasado celtíbero, romano y medieval de la comarca. Entre las piezas expuestas, cerca de 200, se encuentran parte de un mosaico romano aparecido en las obras de remodelación de una de las calles céntricas de la ciudad, una cabeza de fauno del siglo I d.C. o restos celtíberos de Oruña, cerca del Monasterio de Veruela.
Además, la remodelación de los Bajos de Palacio ha permitido al CET mostrar algunas piezas medievales aparecidas en el entorno de la Catedral o parte de la exposición interpretativa del friso de Tarazona.
Como apunta el historiador Jesús Criado, la propia exposición permanente ha pasado altibajos. Se ha abierto en cuatro ocasiones, 1983, 1992, 2003 y esta última "que una vez más, se reabre con vocación de permanencia". Esta vez el ayuntamiento ha invertido 3.000 euros.
Fuente: El Periódico de Aragón
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