Los vehículos circulan ahora a toda velocidad por los enlaces de Mérida a la A-66 que se acaban de inaugurar. Con las prisas resulta difícil pensar en ello pero, unos metros más abajo del asfalto, las huellas del pasado permanecen inalteradas. Al excavar la zona de los enlaces con la autovía, se encontró parte de la calzada romana, bastante deteriorada por usos posteriores, así como restos de una explotación agropecuaria de época romana, y varias tumbas.
Precisamente, el estudio de estos restos es lo que motivó el retraso en la inauguración de los nuevos accesos y de otros muchos tramos a lo largo de la A-66, cuyos cimientos se asientan sobre el trazado de la calzada romana de la Vía de la Plata.
Camino prehistórico
Al fin y al cabo, los ingenieros del presente no han hecho más que aprovechar los mismos recovecos de la orografía que ya utilizaron nuestros antepasados. «La Vía de la Plata no es sólo una calzada romana. Es un camino natural que se utiliza desde la Prehistoria, y que después fue también utilizado en el Medievo, por los musulmanes, y en épocas modernas. Cualquier camino lo que hace es dar entidad de forma artificial a una vía natural», explica Hipólito Collado, jefe de Arqueología de la Consejería de Cultura.
Fruto de la necesidad de conocer, preservar y documentar el trazado de esta vía histórica fue por lo que la construcción de la A-66 ha conllevado el descubrimiento de multitud de restos arqueológicos de todas las épocas ocultos en el subsuelo extremeño, la mayoría situados en el campo y zonas rurales, donde jamás se hubiera excavado al ignorar su existencia o por la falta de recursos para ello.
«Hay yacimientos megalíticos que en la vida hubiéramos encontrado si no fuera por las excavaciones que se hicieron con motivo de la construcción de la autovía y cuya existencia en Extremadura desconocíamos. También nos ha permitido realizar un análisis de la distribución de las villas y de poblamientos romanos a lo largo de la Vía de la Plata», apunta.
«Además nos han aportado una información valiosísima y una cantidad ingente de objetos históricos que han sido entregados a los dos museos provinciales de Arqueología para que sean estudiados por quienes quieran seguir investigando sobre estos temas», destaca Collado.Todas estas excavaciones han sido financiadas por el Ministerio de Fomento, como organismo promotor de las obras.
Publicación de Cultura
Parte de estos hallazgos descubiertos a lo largo de la Vía de la Plata han sido recientemente publicados en el último número de la colección 'Extremadura Arqueológica', dedicado a la 'Arqueología en la Construcción de la A-66'.
Esta obra recoge algunas de las excavaciones que se han realizado en la construcción de la autovía en los alrededores de Mérida, aunque el detalle sobre los yacimientos excavados dentro del término municipal emeritense y en sus cercanías serán próximamente publicados por el Consorcio Monumental, que fue el órgano responsable de su realización.
Es el caso del yacimiento que excavó el arqueólogo Juan José Chamizo de Castro en las proximidades de Mérida en el año 2004. Durante su intervención, el equipo del Consorcio localizó la antigua calzada romana y también restos de una antigua villa romana que fue reutilizada en épocas posteriores, visigoda e emiral.
Los arqueólogos han observado que esta zona fue abandonada en el siglo X, dato que coincide con lo ocurrido en otros yacimientos de la zona, por lo que se piensa que la zona fue despoblada coincidiendo con las revueltas y conflictos que vivió Mérida en esa época. De hecho, se sabe que muchos habitantes de la ciudad huyeron a Badajoz.Los restos de este yacimiento fueron protegidos y cubiertos de nuevo. Justo encima de ellos se encuentra ahora la A-66.
El arqueólogo José Vargas también trabajó en otro yacimiento con motivo de la realización de un tramo de la autovía comprendido entre Mérida y Aljucén, en la finca Royanejos.En esta excavación apareció un poblado de época emiral, con varias casas, algunas de ellas divididas en varias estancias, y también varias tumbas realizadas en cajas con sillares de granito. En una zona cercana aparecieron los restos de una posada del siglo XVI.
Carmen Pérez es otra de las arqueólogas del Consorcio que ha participado en una excavación cerca de Mérida con motivo de las obras de la A-66. Durante su trabajo pudo documentar parte de la calzada romana, así como unas tumbas de época visigoda vinculadas a un asentamiento visigodo cercano, también excavado.
Intereses contrapuestos
La A-66 es ahora la tapa que vuelve a cubrir gran parte de los restos del pasado que se descubrieron durante su construcción. En algunos tramos, el trazado de la autovía se modificó para no afectar al yacimiento arqueológico, aunque ello no siempre resultó posible, explica el arqueólogo Hipólito Collado.
En algunas ocasiones, incluso hubo que proceder al 'desmontaje' de los yacimientos estudiados, tras ser documentados, para que no interfirieran en los niveles de construcción de la A-66. «Siempre procuramos proteger los restos, pero en determinados casos hubo que conjugar el interés arqueológico con otros también importantes, como la seguridad de la vía. Una autovía se hace para que por ella circule gente, y todos queremos llegar a Sevilla en hora y media», recuerda Collado.
Fuente: Hoy Digital
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