El ayuntamiento ha contratado el servicio externo de una agencia de azafatas para dar la sensación de que hay detrás un ente gestor del nuevo complejo. Con todo, el museo, que permanecerá abierto durante el fin de semana, cerrará sus puertas previsiblemente la próxima semana porqué no está terminado.
Además esta misma mañana funcionarios del Ayuntamiento aseguraban no contar con la solicitud del PP para la utilización del recinto algo que, según los socialistas, demuestra la apropiación partidista que hace Barberá de las instituciones y del patrimonio de todos los valencianos.
Por otra parte, Barberá contrató de forma irregular los servicios externos de un arqueólogo para la catorce campaña de excavación de La Almoina tras veintidós años de actuaciones bajo la dirección del Servicio de Investigación Arqueológica Municipal (SIAM).
De hecho, la Ley de Patrimonio Cultural de la Generalitat obliga a que aquellos ayuntamientos que cuenten con servicio de arqueología propio ejecuten y supervisen las excavaciones de las que sean promotores.
El proyecto museográfico no contó tampoco en su momento con el visto bueno del SIAM que observó –según ha podido saber el grupo socialista- graves deficiencias técnicas. Aún así, a pesar de la irregularidad en la contratación de la excavación y del rechazo del SIAM al proyecto museográfico, Barberá decidió seguir adelante sin considerar que se producía una grave fractura interna entre los servicios de urbanismo y arqueología.
En este sentido, la primera edil ha ninguneado a los arqueólogos municipales tras más de dos décadas de dirigir las campañas de excavación del proyecto arqueológico más importante de la ciudad. Además hasta la fecha todavía no se ha creado ningún organismo administrativo para la gestión del museo de La Almoina, ni existe ninguna previsión de personal.
Así las cosas, sin ente gestor, y sin previsión de personal, la reapertura se adivina –según el edil Juan Soto- del todo incierta. “El cierre casi inmediato del Museo tras el acto electoral pone de relieve que estamos ante un simulacro, ante una apertura falsa pensada exclusivamente en clave de partido, ante un gesto más del autoritarismo de una alcaldesa que confunde el Ayuntamiento con un cortijo de propiedad privada”, afirma.
“La única preocupación de Barberá”, prosigue Soto, “ha sido la de conseguir una foto aunque el precio de ésta haya sido muy elevado teniendo en cuenta que se ha marginado a los funcionarios municipales de arqueología, además de enfrentar a diferentes servicios e interferir de manera prepotente en decisiones de carácter exclusivamente técnico”.
Soto afirma que lo que verán los valencianos estos días en el museo tampoco se corresponde con las promesas que Barberá hizo con motivo de la visita del Papa. De hecho, en junio de 2006 la alcaldesa aseguró que se podrían contemplar hasta más de 1000 monedas y más de 2000 cerámicas de categoría expositiva. Sin embargo, las vitrinas del museo provisional de La Almoina apenas albergan una docena de piezas. “Las prisas, la improvisación y el afán electoralista de la alcaldesa han malogrado un proyecto que ha costado más de seis millones de euros, una auténtica fortuna sacrificando el rigor y la profesionalidad”, señala Soto.
Fuente: El Torrentí
Fuente: El Torrentí
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