Una exposición recoge los restos hallados en la Ereta del Castellar en 1957. En 1997 se publicaron los datos de esta revisión y en 2007 los restos hallados en la Ereta han regresado a Vilafranca por unos meses. Ha sido gracias al concejal de Cultura, Francesc Monfort y la voluntad y trabajo de María Jesús de Pedro y Eva Ripollés, ambas especialistas del Museu de Prehistòria. Medio siglo después de la excavación algunos de los restos que viajaron de Vilafranca a Valencia han vuelto a su lugar de origen. Se expondrán durante tres meses en las salas góticas del Ayuntamiento de Vilafranca.
La iniciativa para poner en valor y dar a conocer los restos de la Ereta del Castellar no acaba aquí. El Museu de Prehistoria ha elaborado un proyecto de excavación. Desde 2005 el Ayuntamiento de Vilafranca lo viene presentando a la consejería de Cultura sin respuesta alguna. En los últimos meses el alcalde de Vilafranca, Óscar Tena, insistió ante el director general de Patrimonio, Manuel Muños.
El consistorio quiere adquirir los terrenos para protegerlos, señalizarlos y crear en el entorno de la Ereta un parque cultural que recuerde cómo era la vida en la edad del Bronce. Hasta hace pocos meses la Ereta era un yacimiento casi único, por la riqueza de sus materiales. Con las excavaciones efectuadas en los parques eólicos se ha profundizado en la investigación de otros yacimientos, que ya eran conocidos, pero no han sido sometidos a una investigación tan exhaustiva.
Los arqueólogos destacan que la Ereta tiene "unas dimensiones reducidas, fácil accesibilidad, está próximo a infraestructuras básicas de turismo de interior y es un lugar idóneo como candidato al estudio, excavación, conservación y musealización así como creación de un centro de interpretación". En la excavación de de 1957 se localizaron gran cantidad de elementos relacionados con la actividad del poblado. Vasos carenados, cazuelas, ollas, jarras y objetos tan especiales como un colador forman parte del yacimiento.
También elementos relacionados con los tejidos, objetos de hueso, una costilla dentada, piezas de sílex. Se trataba de un asentamiento agrícola y ganadero. Así lo demuestra la presencia de recipientes de almacenamiento que llegan a tener capacidades de 120 kilos. En la excavación se localizaron restos de trigo y otros cereales. También se habla de bellotas y algarrobas.
En cuanto a la fauna en la excavación se describen cuernos de ciervo y otros restos óseos. Además, La Ereta se adscribe al bronce final. Se ubicaba en una zona de paso natural que desde la prehistoria hasta tiempos recientes ha constituido una vía de mercancías e ideas, según apuntan los arqueólogos.
La Ereta también conectaría con los campos de urnas, algunos de los cuales se han hallado recientemente en las excavaciones de los parques eólicos. Toda esta riqueza ahora se puede observar y conocer en Vilafranca y de forma permanente en el Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia "donde es una de las salas que más llama la atención", según sus responsables. Con motivo de la muestra de las salas góticas de la vila se ha editado un cuaderno explicativo sobre los aspectos más relevantes de la exposición.
La Edad del Bronce supuso la proliferación de numerosos yacimientos en el entorno de lo que en la actualidad es el casco urbano de Vilafranca. En 1957 Henri Prades, francés con orígenes en Vilafranca efectuó una excavación arqueológica en la Ereta del Castellar, un yacimiento fechado alrededor del 1.100 a.C.
Fue entre el 17 de agosto y el 6 de septiembre. Los significativos materiales que se hallaron se depositaron en el Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia. En 1991 se inició la revisión de los materiales que forman parte de la exposición de la colección permanente del museo valenciano.
Fuente: Panorama Actual
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