Arqueología de Pénjamo cambia historia de culturas prehispánicas

El asentamiento arqueológico de Plazuelas, en el estado de Guanajuato, “cambia prácticamente la historia de las culturas prehispánicas” en el centro de México, ya que a partir de ahora se sabe que en la Gran Chimenea, donde se encuentra Plazuelas, “había culturas bien organizadas social y civilmente donde antes se pensaba que eran más primarias, señaló Guillermina Gutiérrez Lara, directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Guanajuato.
Gutiérrez mencionó que Plazuelas, abierta al público desde el pasado día 10, fue “un punto de intercambio importantísimo” entre las culturas del centro de la actual República Mexicana, entre otras la tarasca, la teotihuacana, la tolteca, las occidentales del país y la de Tula.
El sitio arqueológico de Plazuelas, con vestigios que se remontan a entre 600 y 900 años de nuestra era, abrió sus puertas al público tras nueve años de trabajos en busca de vestigios de culturas prehispánicas.
Situado en la localidad de Pénjamo, Plazuelas es la primera zona arqueológica del estado de Guanajuato y presenta restos de una civilización sedentaria de origen mesoamericano, según los expertos del INAH.
Estos expertos consideraban hasta hace unos años que Guanajuato sólo había sido habitado con anterioridad a la llegada de los españoles (siglo XVI) por grupos seminómadas de indios chichimecas, lo que ahora ha quedado descartado al hallarse formaciones más complejas.
La zona arqueológica, con una superficie de 34 hectáreas, consta de cinco edificios y dos canchas de juego de pelota. En el lugar se encuentra una estructura de planta anular similar a la de los edificios circulares que pueden hallarse en el vecino estado de Jalisco (oeste).
La particularidad de Plazuelas reside en su condición de lugar de confluencia de diversas etnias y en la complejidad de su arquitectura, lo que lo convierte en un espacio único dentro de los enclaves prehispánicos habitados durante el primer milenio.
Los arqueólogos suponen que las diversas etnias que cohabitaban el enclave estaban unidas por un complejo sistema de alianzas, una asociación que debió acabar trágicamente, ya que hacia el año 900 después de Cristo el emplazamiento se quemó y sus edificios se derribaron.
PROYECTO. Los trabajos de excavación comenzaron en 1997, a cargo del arqueólogo Carlos Castañeda, pero no sería hasta cuatro años más tarde cuando se intensificaron de cara a la recuperación completa del lugar, primero del país que cuenta con un ordenamiento territorial completo.
Entre los hallazgos más relevantes se encuentran varios fragmentos de esculturas antropomorfas en piedra, sobresaliendo una figura masculina, mutilada de manos, piernas y cabeza, que pareciera ser la representación de un cautivo, al estilo de otros edificios hallados en Mesoamérica.
El director general del INAH, Luciano Cedillo, declaró hace dos días en un acto ante medios de comunicación que visitaron la zona, que México cuenta con uno de los cinco patrimonios arqueológicos más ricos del mundo.
La inversión necesaria para la rehabilitación del lugar como sitio arqueológico turístico fue de 17 millones de pesos (1,6 millones de dólares, aproximadamente). El rescate arqueológico lleva aparejado un plan para el desarrollo de la comunidad que mejore la imagen urbana y cree empleo.
El proyecto fue posible gracias a la colaboración del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el gobierno estatal de Guanajuato, el INAH y el Instituto Estatal de la Cultura. Según el INAH, en México hay registrados cerca de 37 mil emplazamientos arqueológicos, aunque se estima que puedan existir más de cien mil.
Por su parte, Jorge Labarthe Ríos, director general del Instituto Estatal de la Cultura, refirió que Plazuelas es una prueba monumental de la arquitectura prehispánica. El gobernador Juan Carlos Romero Hicks, quien encabezó la apertura, mencionó con orgullo que Guanajuato cuenta con cerca de mil 200 sitios arqueológicos como este.

Fuente: La Crónica