El Museo de Prehistoria exhibe 45 piezas de la alfarería de la Antigua Grecia
Olga Briasco, Valencia.
Hijos de Crono es una selección de 45 vasos griegos pertenecientes a las colecciones del Museo Arqueológico Nacional (MAN) en la que se vislumbra la vida cotidiana de una sociedad caracterizada por su adoración a los dioses, su concepción humana o la visión ante la muerte. Forman parte de una imaginario y también de una cultura tan singular como poderosa.
Así se puede descubrir en la muestra inaugurada ayer en el Museo de Prehistoria de Valencia, una exposición que reúne una selección de obras de los mejores maestros alfareros y pintores de cerámica griega. «Estamos ante una colección de vasos griegos únicos y en perfecto estado de conservación», destacaba ayer la directora del Museo de Prehistoria, Helena Bonet.
La exposición está estructurada en dos grandes áreas temáticas. La primera, Tiempo y espacio, muestra la diversidad de usos que tuvieron los vasijas griegas a lo largo de los siglos. Desde la formación de la polis hasta la eclosión de un mundo más cosmopolita en el s. IV a.C.. De hecho, las ánforas, para mezclar el agua y el vino o las cráteras, utilizadas en ceremonias religiosas, estuvieron presentes en cada rincón del hogar y su cultura. Un mundo de imágenes es la segunda área temática ilustrada con escenas cotidianas que aproximan al mundo de la Grecia Antigua. Las pinturas transportan al ser humano a una realidad lejana e inducen a completar con la imaginación esas imágenes.
Idea recogida por el jefe de Obras Sociales de la CAM, Vicente Botella y el diputado de Cultura, Vicente Ferrer para explicar la importancia de las vasijas como forma de comunicación a través de las escenas pintadas en los vasos.
El hombre y la mujer son figuras antagónicas en la cultura clásica. La mujer aparece reflejada como un ser inferior cuya misión es casarse y tener hijos, mientras que el hombre está regido por los pilares de la educación, la lucha, la fuerza y el erotismo.
Esta contraposición se observa en algunas de las piezas dejando patente el ideal de belleza y la proporción canónica que caracterizó al arte griego. La danza, la música o la locura son temas que se repiten en la exposición a través de la figura del dios Dionisio. La muestra dedica un espacio a quién representó la tentación y la irracionalidad. La muerte no tenía una doctrina legítima pero los ritos funerarios están presentes en numerosas vasijas, que a veces acompañaban al difunto en su féretro. Esta temática cierra esta exposición que permite descubrir también la técnica pictórica basada en su mayoría en pigmentos rojos y negros y que se gestó en un primer momento para dar a conocer el quehacer del MAN y sus colecciones en EEUU para, más tarde, trasladarse al MARQ de Alicante.
Fuente:Levante-emv.
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