11 marzo 2006

"El primer emperador" una biografía de Quin Shinhuan, impulsor de la Muralla China.



Juan Pedro Yániz. Barcelona.

China es una civilización que funciona desde hace más de 4.000 años, aunque su constitución como un estado único no data de tanto tiempo.


Fue en el siglo III antes de nuestra Era cuando se produjo el proceso de fusión entre los llamados Siete Reinos Combatientes, que logró fusionar diversos feudos, de la mano del emperador Quin Shihuan, que cronológicamente vino a coincidir con un intento similar en Occidente de la mano o de la espada, si se prefiere, de Alejandro Magno.

Este es el primer emperador de un gran estado chino centralizado, más conocido, hoy en día, gracias a la gran tumba que se hizo construir y en la que reposa rodeado de millares de soldados de terracota, los famosos guerreros de Xián, algunos de los cuales han viajado hasta occidente en diversos intercambios culturales.

El personaje merecía una gran biografía y esta ha sido escrita por un periodista español: «El Primer Emperador» (Aguilar) de José Ángel Martos, jefe de redacción de «Clio». Como solía ocurrir en la corte imperial empezó su carrera como hijo de una concubina, pero con paciencia, audacia y suerte supo escalar u orillar todos los obstáculos que le separaban del trono.

Una dorada prisión.

Una de las costumbres de la época era la de los rehenes reales que se intercambiaban entre los diversos estados feudatarios o confederados cuando se llegaba a un tratado de paz o una simple tregua. Los tutores de los príncipes herederos podían convertise en primeros ministros, cuando aquéllos alcanzaban el trono. Como no existía una legislación clara sobre a que hijo del rey anterior le correspondía heredar el trono, cada proceso de sucesión se convertía en un vivero de intrigas.

Shihuan aglutinó en torno a si un amplio equipo con ideólogos como Li Si que supo evolucionar desde el confucianismo a una corriente de pensamiento pragmático y modernizador, conocida como legismo -pragmatismo que aún rige-. Supo, también, el joven emperador eliminar a todos los personajes clave del reinado anterior. Cambió de nombre, paso a ser Quin Shihuan y se autoproclamó emperador para distinguirse de los restantes reyezuelos. La parte más inquieta y dinámica de la nobleza fue incorporada a la administración.

Entre sus obras públicas más destacadas figura la Gran Muralla China para aislar al nuevo país, todavía perdura, de las incursipnes de los mogoles del Norte. La dinastía Han, que sucedió a la de Shihuan, continuó la obra. Las violencias y crueldades que tuvo el proceso no fueron muy diferentes de las de la época.

Fuente: Abc digital.

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