Ethel Bonet
Operarios de la excavación limpian una estatua de granito rosa, del rey Ramses II, encontrada recientemente a 20 kilómetros de El Cairo Operarios de la excavación limpian una estatua de granito rosa, del rey Ramses II, encontrada recientemente a 20 kilómetros de El Cairo |
El Cairo- El reciente descubrimiento de varias estatuas de Ramsés II y otra, todavía por identificar, que podría tratarse de Akenatón (Amenofis IV), en el distrito de Matareya (a unos 20 kilómetros del aeropuerto Internacional de El Cairo), podría ser la llave que reabriera la puerta de la sagrada ciudad de Heliópolis, uno de los más importantes centros del Antiguo Egipto dedicados a la adoración de Ra, el dios Sol. «Un nuevo Karnak [el templo más antiguo y mejor conservado de Tebas] descansa en el corazón de El Cairo». Con palabras cargadas de entusiasmo lo explica a LA RAZON Reda Suleimán, jefe de la excavación y miembro destacado del Consejo Supremo de Antigüedades (CSA por sus siglas) de Egipto.
Suleimán, que no oculta su satisfacción de ser, por primera vez en 25 años de profesión, protagonista de un descubrimiento tan importante para la historia del Egipto faraónico, revela que detrás de todo ese montón de tierra podrían estar ocultos los papiros de biblioteca de la Universidad de «Un», el primer centro académico del mundo que enseñó la ciencia de la astronomía.
El equipo de trabajo esta compuesto por seis arqueólogos egipcios, cuatro hombres y dos mujeres, y una docena de trabajadores. El presupuesto asignado por Ministerio de Cultura es también escaso. Un millón de libras egipcias (142.857 euros) al año, del que sólo han recibido70.000 libras (cerca de 10.000 euros), lamenta resignado Suleimán. «Y como al Gobierno no le interesa proteger el patrimonio cultural, hemos solicitado la colaboración de la misión arqueológica alemana», agrega el jefe de la excavación.
El yacimiento arqueológico se encuentra ubicado en una zona abierta rodeada por algunos edificios, en donde se estaba construyendo un supermercado pero tras el hallazgo se paralizaron las obras. El área está todavía sin edificar, por lo que se podría excavar a lo largo y ancho de la zona sin dificultad, asegura el arqueólogo. «¡Somos afortunados, es una gran oportunidad!», exclama, por lo que «tenemos que ser firmes con nuestro Gobierno e impedir que dé más licencias de construcción».
El terreno excavado es de 220 metros cuadrados y en el lugar se han encontrado dos estatuas con las facciones del faraón Ramsés II. Una de ellas, esculpida en granito rosa, con un peso de entre cinco y seis toneladas y la otra, una estatua sedente esculpida en piedra arenisca, en cuya espalda se grabaron jeroglíficos. Lo que más le impresiona al experto es esta segunda pieza, porque en raras ocasiones se ha representado al faraón de la XIX dinastía encarnado un alto sacerdote, lo cual ratifica que se trata de un templo de culto solar.
La tercera estatua, esculpida en granito rosa y que pesa entre una y dos toneladas, podría representar a Akenatón de la dinastía XVIII. Uno de los indicios que confirman su teoría, explica el experto, es el hallazgo de un «Talatat», una pequeña construcción en bloque de tres piedras alineadas verticalmente, que forman un pilón.
Además de las estatuas, han descubierto una serie vasos canapos, donde se depositaban los órganos internos del muerto para proceder a la momificación, que datan de la época de Amenofis IV. También han aparecido algunas de las losetas que cubrían el suelo del santuario, así como el frontal decorado con inscripciones jeroglíficas de lo que sería la puerta de entrada del templo, similar al de Karnak, descubierto por el arqueólogo Gamal Faris.
Los trabajos de excavación comenzaron hace tres meses, después de que Suleiman descubriera cerca del lugar una tumba real con piezas de oro y joyas, que ya están expuestas en el Museo de El Cairo.
Fuente: La Razón Digital
Suleimán, que no oculta su satisfacción de ser, por primera vez en 25 años de profesión, protagonista de un descubrimiento tan importante para la historia del Egipto faraónico, revela que detrás de todo ese montón de tierra podrían estar ocultos los papiros de biblioteca de la Universidad de «Un», el primer centro académico del mundo que enseñó la ciencia de la astronomía.
El equipo de trabajo esta compuesto por seis arqueólogos egipcios, cuatro hombres y dos mujeres, y una docena de trabajadores. El presupuesto asignado por Ministerio de Cultura es también escaso. Un millón de libras egipcias (142.857 euros) al año, del que sólo han recibido70.000 libras (cerca de 10.000 euros), lamenta resignado Suleimán. «Y como al Gobierno no le interesa proteger el patrimonio cultural, hemos solicitado la colaboración de la misión arqueológica alemana», agrega el jefe de la excavación.
El yacimiento arqueológico se encuentra ubicado en una zona abierta rodeada por algunos edificios, en donde se estaba construyendo un supermercado pero tras el hallazgo se paralizaron las obras. El área está todavía sin edificar, por lo que se podría excavar a lo largo y ancho de la zona sin dificultad, asegura el arqueólogo. «¡Somos afortunados, es una gran oportunidad!», exclama, por lo que «tenemos que ser firmes con nuestro Gobierno e impedir que dé más licencias de construcción».
El terreno excavado es de 220 metros cuadrados y en el lugar se han encontrado dos estatuas con las facciones del faraón Ramsés II. Una de ellas, esculpida en granito rosa, con un peso de entre cinco y seis toneladas y la otra, una estatua sedente esculpida en piedra arenisca, en cuya espalda se grabaron jeroglíficos. Lo que más le impresiona al experto es esta segunda pieza, porque en raras ocasiones se ha representado al faraón de la XIX dinastía encarnado un alto sacerdote, lo cual ratifica que se trata de un templo de culto solar.
La tercera estatua, esculpida en granito rosa y que pesa entre una y dos toneladas, podría representar a Akenatón de la dinastía XVIII. Uno de los indicios que confirman su teoría, explica el experto, es el hallazgo de un «Talatat», una pequeña construcción en bloque de tres piedras alineadas verticalmente, que forman un pilón.
Además de las estatuas, han descubierto una serie vasos canapos, donde se depositaban los órganos internos del muerto para proceder a la momificación, que datan de la época de Amenofis IV. También han aparecido algunas de las losetas que cubrían el suelo del santuario, así como el frontal decorado con inscripciones jeroglíficas de lo que sería la puerta de entrada del templo, similar al de Karnak, descubierto por el arqueólogo Gamal Faris.
Los trabajos de excavación comenzaron hace tres meses, después de que Suleiman descubriera cerca del lugar una tumba real con piezas de oro y joyas, que ya están expuestas en el Museo de El Cairo.
Fuente: La Razón Digital
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