Las excavaciones que se hacen en el Museo Arqueolóxico han dejado al descubierto parte de una sepultura de tégulas tardorromana, de la que se conserva un 20% y, en su interior, restos óseos como parte del cráneo, que será estudiado por un equipo de paleontólogos.
La sepultura sigue la orientación tradicional de la época, oeste-este. Junto a ella, en lo que fue la sala de Prehistoria, apareció la basa de una columna romana. Se ve también que las puertas medievales eran más altas de lo que estamos acostumbrados a ver al haber sido recrecidas. Aparecieron, además, niveles de tejas de los incendios varios que hubo en el siglo XVII, dice Manuel Xusto.
Se sigue descubriendo pavimento romano bajo el edificio románico y, al lado del muro de la iglesia de Santa María Nai, en los cimientos, encontraron un pico de cantero del siglo XVII que debió quedar olvidado.
En otra sala se ve que el palacio medieval del obispo está levantado sobre importantes estructuras romanas que han sorprendido la equipo científico que allí trabaja, lo que hace que la campaña arqueológica en el lugar sea cada vez más apasionante.
fuente: La Voz de Galicia
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