10 abril 2007

Exposición: "M-30, Un viaje al pasado"

Una muestra reúne restos arquitectónicos de los puentes de Toledo y Segovia y fósiles de especies como rinocerontes, mastodontes y tortugas

Días: Del 9 de abril al 30 de septiembre de 2007. Lugar: Museo de los Orígenes (Antiguo Museo de San Isidro: Plaza de San Andrés, 2). Horario: De martes a viernes de 9.30 a 20.00 horas. Sábado y domingo de 10.00 a 14.00 horas. Entrada libre.

La exposición 'M-30, un viaje al pasado', abierta al público hasta el 30 de septiembre, permitirá conocer parte de la historia de Madrid desde hace 16 millones de años, ya que la muestra reúne 251 piezas arqueológicas y paleontológicas procedentes de las excavaciones realizadas tras los diferentes hallazgos con motivo del proyecto de soterramiento de la M-30.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y el consejero de Cultura y Deportes, Santiago Fisas, inauguraron esta exposición, ubicada en el Museo de los Orígenes de Madrid (Casa de San Isidro), que propone un recorrido por la historia de la capital tomando como eje conductor el río Manzanares, cuyas riberas constituyen un yacimiento arqueológico y paleontológico que abarca desde el Terciario hasta la actualidad.

Por ello, esta zona de la capital goza de la máxima protección prevista en la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, ya que en 1993 fue declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Zona Arqueológica. 'M-30, un viaje al pasado' está divida en cuatro unidades diferentes, 'Madrid hace 16 millones de años', 'La ocupación prehistórica del Valle del Manzanares', 'Usos históricos y transformaciones' y 'Últimas actividades en las riberas del Manzanares', que permitirán a los visitantes observar la evolución de los diferentes modos de vida en el entorno del río madrileño.

La primera parte de la muestra, que tras estar seis meses en Madrid se trasladará al Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares, deja entrever el aspecto de Madrid 16 millones de años atrás y, gracias a la excavación de dos yacimientos, se han podido recuperar abundantes fósiles de especies extintas como rinocerontes, mastodontes, cérvidos, bóvidos, jabalíes, tortugas y carnívoros, así como una gran cantidad de restos de pequeños vertebrados como roedores, lagomorfos, insectívoros y quirópteros.
'La ocupación prehistórica del Valle del Manzanares' lleva al visitante a las márgenes de un joven río que empezó a ser frecuentado por homínidos hace 300.000 años. En ella se muestran los modos de vida que se han podido documentar de las comunidades prehistóricas que ocuparon el valle y un patrimonio arqueológico y paleontológico que abarca todas las fases de la Prehistoria: Paleolítico, Epipaleolítico (no documentado hasta el momento en la región), Neolítico, Calcolítico, Edad de Bronce y Edad de Hierro.

En la tercera parte de la exposición, varios yacimientos de época romana, como una villa junto al puente de Segovia, visigoda y medieval, con cerámicas islámicas y cristianas y restos de los puentes de Toledo y Segovia, acercan al público el desarrollo de Madrid previo al establecimiento, ya en la Edad Moderna, de la capitalidad de España, cuando las riberas del Manzanares se empiezan a ocupar con lavaderos, canales artificiales y puentes, como han puesto de manifiesto los hallazgos excavados.

Finalmente, 'Últimas actividades en las riberas del Manzanares' conduce a los visitantes a los dos últimos siglos de la historia de Madrid, desde los incipientes usos industriales de las aguas hasta la "domesticación" definitiva del Manzanares. En este apartado también tiene un destacado papel la Casa de Campo, donde se han recuperado vestigios de su uso, tanto como área recreativa monárquica como del paso de la Guerra Civil.

Desde el siglo XIX el incremento de la población de Madrid transforma el entorno del Manzanares con la construcción de grandes lavaderos, como el excavado junto al Puente de Toledo, o el Matadero Municipal, además de que se siguen reparando los viejos puentes, como el Pontón de San Isidro o el Puente Verde y se continúa renovando algunos de los edificios de la Casa de Campo, como la Casa de Empleados. De todas estas construcción se han encontrado numerosos restos, que se pueden contemplar en la última parte de la muestra.

La exposición, que es fruto de la colaboración entre la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de la capital y la Empresa Municipal Madrid Calle 30, ha tenido un coste de 260.000 euros, que en su mayoría han sido sufragados por las empresas adjudicatarias de las obras de la M-30, y resume el trabajo de arqueólogos y geólogos de la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno regional desde que comenzó la reforma de la vía de circunvalación.
Durante su discurso, Gallardón, al que acompañaba la concejala de Las Artes, Alicia Moreno, así como miembros del Gobierno regional y municipal, hizo hincapié en que esta exposición es "una ocasión irrepetible" para conocer el pasado de Madrid y aseguró que los restos encontrados en la M-30 son "un regalo" que han dejado las obras.

Además, el regidor señaló que la estructura de la muestra, en cuatro unidades temáticas, permitirá, gracias a un "recorrido extraordinario", que los visitantes contemplen cómo eran las riberas del río antes de que éstas fueran "secuestradas" en los años 60 por la M-30, "la gran herida" que, según dijo, propiciaba que el Manzanares estuviera "ajeno" a Madrid.

Mientras, Fisas destacó que su Consejería siempre ha tenido "muy claro" que hay que compatibilizar el progreso con el respeto al patrimonio histórico y recalcó que ambos aspectos son "perfectamente" compatibles como, a su juicio, "han puesto de manifiesto las obras de la M-30". El responsable de Cultura y Deportes también indicó que el Ayuntamiento siempre ha sido "sensible" a las peticiones de la Dirección General de Patrimonio Histórico aunque ello implicase "encarecer o retrasar las obras".

Según Fisas, la muestra 'M-30, un viaje al pasado' va a ser un "éxito" y va a permitir que los madrileños conozcan el pasado de la región. Finalmente, el consejero recordó que su departamento apuesta por la "Arqueología preventiva", que se basa en poner por delante los intereses del patrimonio histórico a los de la realización de las diferentes infraestructuras.
Fuente: El Mundo

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