Dos vías empedradas, una escuela para ricos del siglo IV después de Cristo y los espectaculares mosaicos del Museo Arqueológico Regional son los mejores recuerdos que se conservan en la región de tiempos de los romanos. La visita al yacimiento de Carranque (Toledo), donde en los últimos años se ha exhumado la suntuosa villa de uno de los personajes más influyentes de la corte de Teodosio el Grande, completa este viaje al corazón de Hispania.
- Calzada de la Fuenfría. Para un madrileño que se precie, pocas emociones hay que puedan compararse con la de hollar el pulido pavimentum de esta vía bimilenaria que culebrea por uno de los más bellos pinares del Guadarrama, bajo la silueta aserrada de Siete Picos y la cónica del Montón de Trigo. Construida por Vespasiano (siglo I) y remozada por Felipe V, la calzada salva en algo menos de cuatro kilómetros los 400 metros de desnivel existentes entre las praderas de las Dehesas y el puerto de la Fuenfría.
Los puentes romanos del Descalzo y de Enmedio jalonan este paseo de una hora y cuarto de duración; un paseo que, para más comodidad, está señalizado con marcas de pintura blanca en los árboles y del que se proporcionan folletos en el centro de educación ambiental Valle de la Fuenfría (carretera de las Dehesas, kilómetro 2, Cercedilla; teléfono 918 522 213) (www.pueblos-net.com/cercedilla).
- Calzada de las Machotas. A diferencia de la anterior, que era una calzada principal procedente de Segovia, ésta era una vía secundaria, algo así como una carretera comarcal que iba por el pie de la sierra, sin cruzarla. Secundaria en importancia, pues permite acercarse de Zarzalejo a El Escorial paseando entre prados poblados por fresnos; muy cerca se erizan las tetas graníticas de las Machotas, que dan nombre a la calzada; al fondo, lo hacen las torres del monasterio de San Lorenzo y las cumbres del alto Guadarrama. Diversos mojones y tramos enlosados salpican el camino, que arranca en Pajares y se prolonga por espacio de cinco kilómetros hasta El Escorial, donde cabe coger el tren para regresar a Zarzalejo o a Madrid. Los más andarines pueden dar una vuelta de 14 kilómetros (tres horas y media), visitando también la silla de Felipe II (www.la-almenara.com).
- Casa de Hippolytus. Hace 1.600 años era una escuela para los hijos de papá de Complutum, la Alcalá de Henares romana, con ricos mosaicos, termas, capilla consagrada a Diana cazadora y jardín orientalizante con animales exóticos, como los pelícanos, que estaban para ser estudiados y para hacer bonito. Hoy es el yacimiento más curioso de la ciudad, acondicionado con pasarelas elevadas, una escena de pesca en la que aparecen 22 animales distintos: delfines, pulpos, erizos, peces-globo, langostas, sierpes, morenas... Lo firmó un tal Hippolytus, esclavo o liberto de la familia de los Annios que difícilmente pudo sospechar que los arqueólogos acabarían usando su nombre para bautizar un colegio de pijus. La Casa de Hippolytus está entrando en Alcalá, junto al polideportivo El Juncal. Horario: martes a viernes, de 10.00 a 14.00; sábados y domingos, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00. Entrada gratuita. Más información en el teléfono 918 771 750 y en www.complutum.com.
- Museo Arqueológico Regional. El antiguo convento alcalaíno de la Madre de Dios, fundado en 1624, alberga desde 1999 este museo donde pueden verse algunos de los más bellos vestigios de Complutum: desde una pequeña escultura de Diana hasta un enorme mosaico que representa la lucha entre Aquiles, el héroe griego, y Pentesilea, la reina de las Amazonas. En el viejo claustro hay instalado un jardín de antigüedades al estilo de los museos tradicionales del mundo romano. A un lado, en un mosaico, vemos a Baco abrazado a un sátiro negro. Al otro, varias estelas funerarias con su filosófica despedida: sit tibi terra levis, que la tierra te sea leve. Así era la vida y la muerte en Madrid cuando se hablaba latín. El museo abre sus puertas en la plaza de las Bernardas de Alcalá con el siguiente horario: martes a sábado, de 11.00 a 19.00; domingos y festivos, de 11.00 a 15.00. La entrada es gratuita. Tel.: 918 796 666 (www.madrid.org).
- Parque Arqueológico de Carranque. En 1983, Samuel López, vecino del pueblo toledano de Carranque, estaba arando a orillas del Guadarrama cuando se topó con la villa de Materno Cinegio, una morada digna del que fue valido del emperador hispano Teodosio, con mil metros de estancias alicatadas con mosaicos: el rapto de Hilas, el baño de Diana, la devolución de Briseida a Aquiles...
Además, la choza tenía bodega, calefacción y agua corriente, un agua que caía sobre el barbudo Oceanus, su más bello mosaico. A dos pasos están los restos de un ninfeo, o fuente ornamental, y los de una basílica, el templo cristiano más antiguo de Hispania. Y está el río Guadarrama, que, con su corte de alisos, tarayes, álamos y junqueras justifica, por sí solo, el viaje.
Puede visitarse todos los días, excepto lunes, de 10.00 a 18.00. Entrada, 4 euros. Tel.: 925 592 014 (www.jccm.es/cultura/parques/carranque).
Fuente: El País
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