13 enero 2007

El PP advierte del mal estado de un túmulo prehistórico de Alcalá


Entre la tierra de Gandul se halla escondida una parte importante de la historia del Valle del Guadalquivir desde tiempos prehistóricos y hasta el final de Roma.

Oculta porque a pesar de que se es conocida su importancia no se acomete una excavación decida que saque a la luz lo que allí existe. Pero es que ni siquiera lo que se conoce se cuida. El túmulo conocido como Cueva del Vaquero, sufre una situación de deterioro que hace peligrar su estructura. Así lo denuncia el PP de Alcalá que reclama una intervención urgente.
No son los únicos que han puesto la voz de alarma sobre la situación del monumento. La Asociación Ecologista Alwadi-ira-Ecologistas en Acción puso en evidencia la situación de deterioro que sufre La Cueva del Vaquero y toda la zona. A los habituales males provocados por visitantes no deseados se ha unido en los últimos tiempos nuevas amenazas como es el continúo paso de vehículos quad y motocicletas que de forma regular se dedican los fines de semana a circular por la zona y pasar por encima de la construcción.
Según el concejal popular, Javier Jiménez, «es urgente que la delegación de Patrimonio realice las negociaciones oportunas ante las administraciones competentes para rehabilitar el monumento, antes de que sea demasiado tarde». Incluso indica que su grupo político apoyaría que el propio Ayuntamiento alcalareño sufragara los gastos generados por la intervención arqueológica.
Lo que está en peligro es el enterramiento prehistórico mejor conocido de la zona y un monumento sumamente interesante por su tipología constructiva. Se trata de un sepulcro de corredor conformado por dos cuerpos enterrados. El primero sirve de entrada y consiste en un largo pasillo de más de diez metros de largo y casi uno de ancho. Su altura evoluciona desde el metro diez de su entrada hasta el metro ochenta del final. La técnica constructiva empleada es sumamente interesante pues está realizado a base de losas de pizarra mezcladas con lascas de piedra colocadas en hileras superpuestas, cuya unión se refuerza con barro para darle mayor solidez.
El segundo cuerpo corresponde con la cámara funeraria que se compone de dos partes. La mayor también se construye mediante hileras de pizarra unidas con argamasa. Se van estrechando progresivamente al ganar altura y cerrar una especie de bóveda que cubre el espacio. En la parte superior se deja una abertura por la que entra la luz que ilumina el espacio. La segunda cámara está contigua a esta, aunque es de mucho menor tamaño. En la sala principal se dispone un escalón adosado a la pared que podría servir como mesa para situar las ofrendas y realizar el ritual del enterramiento.

Fuente: ABC Sevilla

No hay comentarios: