23 febrero 2007

El yacimiento romano del Faro de Torrox, declarado zona arqueológica

El asentamiento se compone de una villa y una factoría de salazones reutilizada posteriormente como necrópolis.

El Consejo de Gobierno ha declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de zona arqueológica, el yacimiento denominado Conjunto del Faro de Torrox (Málaga). Se trata de una mansio romana -asentamiento junto a una vía de comunicación- integrada por una villa y una factoría de salazones reutilizada posteriormente como necrópolis.

El yacimiento, cuyos orígenes se remontan a la época tardorrepublicana (siglos II y I a.C.), se localiza en la zona costera del municipio de Torrox. Los primeros restos aparecieron a principios del siglo XX, cuando comenzó la contrucción del faro. Las últimas investigaciones han confirmado su identificación con la denominada Mansio Caviclum del Itinerario de Antonino que aparece en diversas fuentes documentales.

El espacio declarado como zona arqueológica abarca una extensión aproximada de 60.300 metros cuadrados y resulta de gran interés para el estudio de las lujosas villas romanas junto al mar, tanto en su parte residencial como en la industrial. El lugar cuenta además con un pequeño fondeadero natural que sirvió como canal de comercialización marítima de las salazones y salsas elaboradas en la factoría.

El análisis de los materiales y mosaicos indican una amplia cronología de ocupación del asentamiento entre finales de la época republicana y el siglo IV d.C. No obstante, también se han recuperado monedas y cerámicas de dos siglos más adelante.

En la construcción de la villa residencial se emplearon pizarra y sillarejos locales, con utilización puntal de ladrillos. Tanto la zona del atrio como las distintas estancias estuvieron pavimentadas con mosaicos de decoración geométrica, la mayoría de ellos en blanco y negro y fechados entre los siglos II y III. Posteriormente, a finales del siglo I d.C. se edificaron unas termas separadas del conjunto a unos doscientos metros.

En cuanto a la zona industrial, la factoría de salazones data del siglo I a.C. y sus restos incluyen una serie de piletas de medianas proporciones, que con el tiempo se reutilizarían como necrópolis, y un alfar destinado a la elaboración de ánforas para el envasado de las salazones y del pescado.

Fuente: Andalucía Junta

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