07 febrero 2007

EL IMPERIO ROMANO DEJA SU HONDA HUELLA EN LA PROVINCIA ONUBENSE

Los vestigios de la antigua Roma están muy latentes en la provincia onubense, ya que la presencia del Imperio que reinventó el modo de vida occidental fue tan fehaciente como en cualquier otro lugar de la Bética. Un grupo de investigación del área de Arqueología de la Universidad de Huelva se dedica a estudiar las peculiaridades de Onuba mediante los yacimientos arqueológicos hallados.

Universidad de Huelva

Uno de los objetivos de este conjunto de profesores es demostrar con pruebas arqueológicas que la romanización de Huelva fue profunda, ya que existen múltiples vestigios que así lo demuestran. La investigación sobre la presencia romana en la provincia onubense se encuentra dentro de un proyecto más amplio de I+D, que cuenta con el respaldo del Ministerio de Educación y Ciencia.

El estudio se percibe desde la perspectiva de la influencia de los romanos, pero tiene unos horizontes más amplios, ya que realiza un análisis de la evolución de la estructura urbana de Huelva a lo largo de los siglos. Los yacimientos funerarios son una muy buena fuente de información, ya que se puede extraer de ellos la afiliación crono-cultural. Según los miembros de este grupo de investigación, se puede saber de entrada la cronología y el periodo en el que se enmarca un enterramiento en función de la identificación de los ritos, de los tipos de tumbas, de los ajuares, etcétera.

Además de esta información, un análisis más detallado de los restos óseos proporciona luz acerca de la vida cotidiana de aquella época: la dieta alimenticia y sus patologías inherentes, carencias de vitaminas o de determinados soportes calóricos o energéticos o aquellas enfermedades que se producían como consecuencia de las actividades de aquel tiempo.

En concreto, los restos humanos hallados en 1994 en la necrópolis de Punta Umbría, el Eucaliptal, mostraban patologías de artrosis o de artritis relacionadas con la pesca y el arrastre: lesiones articulares en los codos, en las rodillas, etcétera. El grupo de investigación parte de una premisa básica: su trabajo no puede limitarse al estudio de una pieza o de una determinada tumba. La meta es ampliar ese horizonte y reconstruir el ambiente y la economía de aquellos días gloriosos para el Imperio Romano.

La profesora Nuria Vidal admite: “Como arqueólogos, entendemos que un yacimiento no termina sólo en el resto físico, sino que hay que trascender y llegar a la construcción histórica”. “Esto se hace no sólo con los restos físicos, sino a través de las analíticas de todos los restos vegetales y humanos, de todo lo que nos ofrezca la excavación”.

Los miembros de este grupo de investigación reconocen que la Onubense y el CSIC les respalda de una manera absoluta en cuanto a financiación y tiempo necesario para poder rematar todos los análisis. En la provincia de Huelva, existe constancia de yacimientos funerarios en la capital, la Costa, la Cuenca Minera o la Sierra.

En Onuba, los hallazgos de los restos del colegio Francés en el año 2000 fueron especialmente reveladores, porque permitieron delimitar la ciudad, porque, según la norma romana, la necrópolis se situaba siempre en el extrarradio. También en la capital se localizaron yacimientos en los años 70 en la calle Plácido Bañuelos, la calle Palos o el Cabezo de la Esperanza. Asimismo, se halló una necrópolis en la calle Vázquez López. Otros yacimientos funerarios vinculados a ciudades son el de Urión en Riotinto o el de la ciudad de Turobriga en los llanos de San Mamés a tan sólo tres kilómetros de Aroche.

fuente: Andalucía investiga

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