02 octubre 2006

Hallan en Valduno un gran balneario de Roma


La excavación arqueológica junto a la iglesia descubre los baños romanos mejor conservados de Asturias, adscritos a una villa de mayores dimensiones que la gijonesa de Veranes

Hay una imagen bravía, montaraz, de los astures trasmontanos. Pero también existió una Asturias romanizada donde se practicaban algunas de las costumbres más refinadas del Imperio que sometió al mundo. Entre ellas, el lujo de los baños. Están a punto de concluir los trabajos de excavación y consolidación de las ruinas romanas de Valduno (Las Regueras), que conforman los restos mejor conservados de Asturias de unos baños romanos, tal y como los estructuró Vitrubio. Entre otros elementos de estos «balnea», la excavación ha sacado a la luz la bañera del «caldarium» (piscina de agua caliente) y el hipocausto, el sistema de calefacción subterráneo. Todo forma parte de una gran villa romana, probablemente mayor que la de Veranes.

Valduno (Las Regueras),
E. LAGAR

La vega de Valduno, una de las de mayor entidad de Asturias, acogió a partir del siglo I una villa romana de muy notable tamaño -probablemente de mayor dimensión que la excavada en Veranes (Gijón)- y que estaba próxima a la vía romana que enlazaba Lucus Augusti (Lugo) con el campamento de Lucus Asturum (Lugo de Llanera).
Ésta es una de las hipótesis provisionales que se deducen de la inminente conclusión de los trabajos de excavación y consolidación de los baños de época romana encontrados junto a la iglesia de Santa Eulalia de Valduno, concejo de Las Regueras. Este conjunto balneario formaría parte de esa gran villa y ya puede considerarse, por sus dimensiones, calidad de construcción y excepcionales condiciones de conservación, como uno de los yacimientos más relevantes del proceso de romanización de la región, al tiempo como el mejor conservado de Asturias. Tal y como indica el arqueólogo Rogelio Estrada, director de las excavaciones, los baños de Valduno representan «la adopción de los usos y las costumbres genuinamente romanos, que se manifiesta aquí en una de sus expresiones más refinadas: la cultura del baño».
La excavación, que ahora afronta la fase de consolidación de las ruinas para hacerlas visitables, comenzó en diciembre de 2004. La causa de la primera calicata fueron las obras de adecuación del camino de la iglesia de Santa Eulalia de Valduno, un templo construido en torno al siglo XVIII, con retoques en los dos siglos posteriores. Sin embargo, la iglesia se alza hoy sobre otra de origen medieval, un templo que, tal y como ahora indican las excavaciones, a su vez podría haber aprovechado una estancia de planta axial de estos baños termales de carácter privado, denominados «balnea» para diferenciarlos de los públicos, llamados «thermae». Estrada se pregunta si esa estancia sería el «apodyterium», es decir, los vestuarios.

No obstante, había más razones para una investigación arqueológica. La zona contaba con sobrados y documentados antecedentes de presencia romana. El profesor José Manuel González -uno de los «padres de la arqueología asturiana y cuyo centenario celebra ahora el concejo de Las Regueras- ya había encontrado, en 1947, en su parroquia natal la monumental lápida dedicada a Sestio Munigálico, que hoy permanece depositada en el Museo Arqueológico.

Además de esta pieza que muy probablemente procedía de las importantes reformas efectuadas en el templo a finales del siglo XIX, también existe una referencia de Ciriaco Miguel Vigil, que recoge cómo en septiembre de 1868 un labrador llamado Domingo Tamargo encontró durante sus labores agrícolas varios ladrillos «de construcción romana» y un «pequeño molino de mano de piedra de grano». Finalmente, la construcción en los años setenta del pasado siglo XX de la casa sacerdotal anexa al templo -«de nefasto impacto visual», apostilla Rogelio Estrada- sacó a la luz con toda probabilidad nuevos restos romanos. De hecho, el párroco de entonces relató que habían aparecido «restos de edificaciones muy sólidas». También se han encontrado fragmentos de «signicum» -un característico pavimento romano- en el lecho del camino que bordea el testero de la iglesia y la casa sacerdotal de la parroquia de Valduno.

Rogelio Estrada precisa en un reciente estudio sobre la excavación, incluido en un volumen de homenaje al historiador José Manuel González, que estos restos procederían de los escombros de obra de la casa sacerdotal y probablemente «han de pertenecer a la bañera del frigidarium», es decir, a la piscina de agua fría que formaría parte de los baños de la gran villa romana radicada en la vega de Valduno y que sería una importante explotación agrícola, dadas las dimensiones de su entorno. Estrada conjetura también que, dada su proximidad al río Nalón, la villa podría aprovechar los recursos pesqueros. «No olvidemos que uno de los pozos salmoneros más representativos era el de Valduno hasta la construcción de las minicentrales».

La excavación, que concluirá en un mes con la consolidación de las ruinas, ha permitido descubrir los restos de unos «balnea» «de notable entidad» que, como subraya Rogelio Estrada, responden a la «orientación canónica» especificada por Vitrubio en sus clásicos libros de arquitectura. Estrada lo explicita: «Se buscó el lugar más cálido posible, opuesto al septentrión y los vientos del Norte, disponiéndose las salas caliente y templada de manera que entrase la luz por el lado del Poniente, ya que el tiempo fijado para los baños iba desde el mediodía hasta el atardecer».

Fuente: La Nueva España

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