17 octubre 2006

Después de un año de intentos, un grupo de expertos ha logrado captar la salida del sol desde el interior de Viera


TEXTO: CARMEN MARTÍN / FOTO: JAVIER PÉREZ / ANTEQUERA/

POCAS veces una salida de sol ha sido tan enigmática como la que captó con su cámara el malagueño Javier Pérez el pasado 27 de septiembre. Lo hizo a las ocho y cuarenta y seis de la mañana y aún luego pudo inmortalizar varias veces más el fenómeno. Cualquiera puede pensar que es cosa baladí. Sin embargo, para conseguir las imágenes desde el interior del sepulcro megalítico de Viera ha tenido que pasar casi un año

Todo empezó cuando la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía encargó a los profesores Michael Hoskin, de la Universidad de Cambridge, y C. Ruggles, de la Universidad de Leicester, el estudio de las orientaciones astronómicas de los sepulcros megalíticos dentro del proyecto de investigación 'Sociedades, Territorios y Paisajes en la Prehistoria Reciente de la Depresión de Antequera', que dirigen Leonardo García y Víctor Hurtado, ambos de la cercana Universidad de Sevilla.

Los expertos se pusieron manos a las obras en el estudio y, aunque ya se sabía que el dolmen de Viera está orientado hacia el levante -ligeramente hacia el Sureste- desde el Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera que dirige Bartolomé Ruiz hicieron un seguimiento de la salida del sol desde el interior del sepulcro en los solsticios y equinoccios porque, simplemente, una imagen siempre vale más que mil palabras.

Está orientado a levante

Por diferentes motivos atmosféricos, la consecución de la imagen parecía imposible. Se intentó en invierno, primavera y verano, hasta que en la mañana del pasado miércoles se consiguió la primera foto que existe desde el interior de Viera del sol en pleno nacimiento. Y se ha realizado en el equinoccio de otoño, según explicó Ruiz.

Que este dolmen mira hacia donde sale cada día la estrella que centra nuestro sistema solar es algo conocido por los expertos. De los tres sepulcros de la necrópolis megalítica de Antequera, sólo éste está orientado hacia el levante, siguiendo los patrones estándares ibéricos. El sepulcro se cubre con un túmulo y puede considerarse que tiene forma de corredor segmentado en dos tramos. Al final de éste hay una cámara cuadrada a la que se accede por una puerta desde la que se han captado las imágenes de la salida del astro.

Peña de los Enamorados

Los dólmenes de Menga y El Romeral miran hacia otra parte. El primero de ellos, objeto actualmente de investigaciones de campo, está orientado hacia el Noreste o, lo que es lo mismo, hacia el Norte de la salida del sol en el solsticio de verano. Esta orientación anómala en la época de su construcción se debe a que los hombres prehistóricos decidieron alinearlo con la conocida Peña de los Enamorados por el carácter sagrado que le atribuían, ya que su fisonomía recuerda al rostro de un gigante dormido. El Tholos de El Romeral también tiene otra orientación. Mira hacia el Sur-Suroeste del horizonte y es uno de los pocos que hay en la Península Ibérica orientados hacia la mitad occidental del cielo.

Fuente: Diario Sur

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