31 octubre 2006

Una muestra ahonda en las industrias que sostenían la Málaga antigua.

'Garum, aceite y vino', que se enmarca en el programa 'Tiempos d. púrpura', reúne en el Rectorado 68 piezas originales desde el siglo III antes de Cristo.



Málaga. Entrar en el Rectorado desde ayer supone retroceder en el tiempo más de veinte siglos. Ánforas para transportar salazones de distintas cronologías dan la bienvenida al visitante que, justo debajo de éstas, puede apreciar las piletas tardorromanas que se utilizaban para la fabricación del garum y la púrpura, estructuras que poblaban el subsuelo del edificio y que con su rehabilitación fueron recuperadas para el disfrute de los que ansían conocer sus propias raíces. Pedestales, monedas, artículos para la pesca y el comercio y cerámicas son algunas de las 68 piezas originales que conforman la exposición Garum, aceite y vino, una muestra que se enmarca dentro del ambicioso programa de divulgación arqueológica e histórica Tiempos d. púrpura. El delegado de Cultura Francisco López, junto al concejal Juan Ramón Casero, la vicerrectora Mercedes Vico y Francisco de Paula, de la Fundación Unicaja, presentó ayer la muestra que se podrá ver hasta el 24 de noviembre.

"Con esta muestra queremos resaltar la economía que sostenía Málaga desde el siglo III y II antes de Cristo hasta el siglo VI de nuestra era", comentó ayer el delegado. Desde Nerja hasta Estepona, en todas las localidades costeras, proliferaban las factorías de salazones –constancia de ello son las numerosas piletas encontradas en las excavaciones. La salsa de pescado, garum, "era famosa por su calidad en todo el imperio", asegura Francisco López, aunque ya era un producto que los fenicios conocían. Aparejados a esta industria se encontraban los alfares de cerámica, en los que se fabricaban los recipientes para la exportación.

En las vitrinas que han sido distribuidas por la sala de exposiciones gracias al diseño de Tecla Lumbreras y Diego Santos, se custodian piezas como una marmita con pico vertedor para elaborar esta salsa de pescado, agujas para redes y anzuelos de época imperial, monedas con temas alusivos a los atunes, un sello para marcar las ánforas del siglo II d. C. y distintas vajillas, como un vaso corintio. También se han colocado piezas únicas como una cabeza de bronce del dios Baco procedente de Ronda y un fragmento de un sarcófago cordobés que tiene como motivo la recogida de la aceituna.

En las localidades del interior, el aceite era una de las actividades principales, según afirmaron ayer los comisarios Pilar Corrales y Bartolomé Mora. "Eran explotaciones intensivas, mientras que la elaboración del vino en Málaga era puntual, un producto secundario", aseguró Mora. Aunque en un puerto tan importante como el de la ciudad, el comercio era otra fuente importante de ingresos. "En los barcos llegaban telas, vajillas de lujo, joyería...", añaden los comisarios, aunque de estos productos no hayan quedado apenas vestigios.

Para elaborar esta divulgativa exposición, dirigida por Manuel Corrales y también comisariada por Luis-Efrén Fernández, Carmen Peral y Encarnación Serrano, se han traído piezas del Museo Arqueológico Nacional y de los museos de Cádiz, Ceuta, Córdoba, San Fernando, Antequera, Estepona, Manilva y Málaga. "Con todo estos actos de Tiempos d. púrpura, pretendemos que los malagueños conozcan el origen de Málaga, que ya estaba ocupada por fenicios en el siglo VIII antes de Cristo", subrayó el arqueólogo Manuel Corrales.

Fuente: Málaga Hoy.


No hay comentarios: