13 octubre 2006

Descubierta una gran necrópolis romana bajo el aparcamiento del Vaticano.

Cada vez que en Roma se excava se encuentra algún tesoro arqueológico. Así ocurrió dentro de los muros vaticanos en el 2003 cuando las autoridades decidieron construir el aparcamiento subterráneo de Santa Rosa en la plaza del Risorgimento. La aparición de 250 sepulturas paganas obligó a suspender los trabajos para realizar la catalogación del material y una posterior disminución de las plazas de aparcamiento.

Durante tres años, los arqueólogos vaticanos, dirigidos por Giandomenico Spinola, han trabajado para poder mostrar al público los tesoros de la necrópolis. La presentación del nuevo sitio arqueológico, que corrió a cargo del director de los Museos Vaticanos, Francesco Buranelli, se enmarca dentro de los actos de celebración del quinto centenario del museo.

Desde el próximo viernes grupos de 25 visitantes podrán caminar por las pasarelas suspendidas sobre el cementerio que bordeaba la Via Triunphalis, la que llevaba a las tropas triunfantes al mismo corazón de Roma.

La necrópolis está formada por unos cuarenta edificios sepulcrales enriquecidos por sarcófagos monumentales y decorados con frescos y mosaicos. Junto a ellos se encuentran unas 200 sepulturas sencillas dispuestas en varios niveles señaladas por cipreses, altares y estelas funerarias. Allí está enterrado, entre otros, el bibliotecario de Nerón, Saturnino, junto a su esposa, Vereconda. Cerca está el guardián del Huerto del emperador, Nunio Saltuarius, con su familia.

También se han encontrado las tumbas de varios amigos del emperador Tiberio, así como las de numerosos jóvenes que demuestran la frecuencia de estas muertes en aquellos tiempos. Una parte del cementerio ya fue encontrada en 1956 cuando se hizo un primer aparcamiento, pero no fue hasta hace tres años cuando se pudo apreciar su magnitud. Además, entre los restos se encontraron intactos varios ajuares funerarios, lo que ha llevado a que el arqueólogo Spinola haya definido la necrópolis como «una pequeña Pompeya sepulcral».

Fuente: La Voz de Galicia.

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