05 octubre 2006

El Museo de la Minería, el vínculo entre el pasado y el futuro de la ciudad

Tras la puesta en marcha de esta primera fase, en 2007 está previsto ampliar la inversión en 13 millones más

G.G. / M.M / puertollano

La apertura del Museo de la Minería ha sido largamente anhelada y esperada por los ciudadanos de Puertollano. Sin embargo, una obra de tales características requería mucho tiempo para su puesta a punto. Finalmente, las puertas de este museo se abren al público de miércoles a domingo para mostrar a toda la población la historia minera en Puertollano, eso de lo que algunos hablan y otros solo recuerdan, pero que todos podrán conocer más a partir de ahora.
Es en este espacio ubicado en el antiguo Pozo Norte, donde ahora, pequeños y mayores podrán ver y recordar, respectivamente, la extracción minera del carbón al modo de las minas puertollanenses. Para unos una cita con el pasado, para otros un lugar donde recordar otros tiempos.
En las novedosas instalaciones del Museo de la Minería se podrá encontrar el pasado minero de la zona puertollanense, desde sus orígenes hasta el cierre de las minas con toda la revolución social que ello supuso.
La primera planta del museo no se ciñe a lo que es una mina dado que se verá en la segunda parte dentro de la reproducción de la galería minera, donde se pueden ver métodos y modelos de explotación.
En esta primera planta se hace un recorrido por la historia de Puertollano desde el carbonífero hasta el cierre de las minas y en dicho recorrido se podrán observar desde cómo se forma la cuenca carbonífera, los diversos fósiles que había en fauna y flora de la zona o los minerales que han sido extraídos en explotaciones mineras. También hay elementos del paleolítico y en definitiva, dos fases de división a la hora de explicar esta historia minera; la primera fase hasta la época del Santo Voto, en el 1348, y la segunda etapa hasta el descubrimiento de las minas, entrando posteriormente en las primeras instalaciones o en el mundo ferroviario vinculado a la minería “hay que tener en cuenta que Puertollano tenía más kilómetros de línea férrea que algunos países europeos en la misma época”, resaltaba el director del Museo Municipal, Raúl Menasalvas.
Otro apartado de este primer contacto con el mundo minero está dedicado a la vestimenta y equipo de los mineros, llamado “el rincón minero” y al intercambio social entre ellos. Es la zona donde se podrá presenciar algunas instantáneas de la época que reflejan fidedignamente cómo se vestía, cómo se trabaja y qué figuras trabajadoras había en la minería. Las festividades y el ocio de los mineros también está representado en este Museo que, gracias a diferentes donaciones, ha hecho posible en buena medida rescatar del olvido algunas de las imágenes que aquí se muestran.
Un recorrido más teórico, por tanto, de la historia de la minería en Puertollano, el existente en esta primera planta del Museo Minero que trasladará después al visitante a la galería minera para ver “in situ” las explotaciones mineras en diferentes periodos de tiempo. Será a través de un ascensor que simula el ruido de una “jaula minera” el que lleve al visitante a la galería imagen. Es la reproducción de un sonido real, a veces incluso ensordecedor, el que hace pensar al visitante que baja muchos metros bajo tierra para adentrarse en las entrañas mineras, si bien, tan solo son 10 metros de profundidad.
Se trata, en definitiva, de meterse en la piel minera, efecto conseguido mediante el sonido de la jaula, el primer ruido con el que entraban en contacto los trabajadores mineros.

Galería imagen
Bajando en la ‘jaula’ a un espacio simulado de 205 metros de profundidad nos adentramos en toda una cuenca minera. Comenzamos el recorrido a través de la historia para conocer de primera mano cómo se hacían las entibaciones, qué maquinaria se utilizaba para la extracción y traslado del carbón y vivir algunos de los efectos especiales que nos llevarán a sentirnos puros mineros.
Lo primero que se encuentra el visitante es una zona de embarque, con fortificación metálica, donde están situadas las campanas de señales y el interfono, medio de comunicación con el exterior. Asimismo en el lateral izquierdo existe un carril de retorno para las descargas de las vagonetas que regresaban cargadas.
A continuación aparece la galería principal de doble vía, entibada en madera con el objeto impermeabilizar la zona y evitar desprendimientos de rocas, hasta llegar a una explotación, basada en el método tradicional de barrenar en torno a un avance manual de arranque situado en un frente de carbón donde se procedía a barrenar y posteriormente se hacía explosionar con dinamita para extraer el carbón desprendido. El arrastre de las vagonetas también era manual, siendo los propios mineros los responsables del mismo o bien sirviéndose de la utilización de caballerizas.
A medida que vamos avanzando nos encontramos con sistemas más sofisticados, en torno a avances mecanizados con cintas transportadoras y un sistema de entibación en madera con scrapper.
Más adelante llegamos a la zona más mecanizada durante los años sesenta del siglo XX con una explotación con coladero en "V" donde todavía la entibación es en madera. Después pasamos a un frente de explotación en pizarra bituminosa donde se muestra una rozadora de espada fija y un duck pik.
En una fase cronológica más moderna con el sistema de explotación por derrumbe, que coincide con los finales de los años 60 e inicio de los 70 del siglo XX, encontramos los dos últimos sistemas de explotación de las minas de interior de Puertollano, el primero con una rozadora de espada móvil sobre transporte blindado y entibación mediante pilares de fricción. El segundo tipo de explotación es el cepillo sobre transporte blindado y pilares hidráulicos.
De tal modo, la galería recrea una auténtica mina, junto a la evolución en los procesos de explotación desde el rudimentario y efectivo sistema de cámaras y pilares utilizados desde la antigüedad hasta sistemas mecanizados como transportes blindados, rozadoras o cepillos.
Y todo ello, con efectos especiales durante el recorrido que transportan al espectador hacia un pasado histórico, ahora además de presente en la memoria, de modo simulado, a través de la mina imagen, una forma viva y en primera persona de acercarse al mundo de la minería y en concreto al modo de vida y sentir de aquellos mineros.

Fuente: http://www.lanzadigital.com/

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