01 octubre 2006

Las obras de un parque temático en Alcalá de Henares descubren una necrópolis visigoda

Fueron los operarios que llevan a cabo las obras de construcción del parque temático Alcalá Natura 21, en la finca El Encín (Alcalá de Henares), los que encontraron los primeros huesos. "Sabíamos que el lugar tenía un alto potencial arqueológico", explicó el director general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, Javier Hernández. La necrópolis fue descubierta hace unos días, pero la Comunidad, propietaria de la finca, ha querido mantener el hallazgo en secreto, lo que despertó las suspicacias de UGT de Alcalá, que descubrió el yacimiento en una visita furtiva.

No les pilló por sorpresa, pero lo han guardado como un secreto. El director general de Patrimonio, Javier Hernández, asegura que conoció el hallazgo de la necrópolis "hace unos días", y que la finca, propiedad de la Comunidad, ha estado sometida a "un control arqueológico exhaustivo" desde que comenzaron las obras del parque temático Alcalá Natura 21.

"A la promotora que lleva a cabo las obras se le dijo que contratara a una empresa de arqueología para que estuviera pendiente del trabajo, porque sabíamos que allí podían aparecer este tipo de restos", asegura Hernández.

El hallazgo ha obligado a paralizar las obras en la zona donde ha aparecido la necrópolis, que ha sido ya señalizada por los expertos. "Ahora les toca desbrozar, para comprobar el tamaño del yacimiento y posteriormente iniciar la excavación. Se ha respetado un perímetro de seguridad a partir del cual pueden continuar las obras y se ha puesto vigilancia", aclara Hernández. El responsable de Patrimonio asegura que han preferido ocultar el hallazgo "hasta que avancen un poco las valoraciones arqueológicas", pero esta discreción ha levantado suspicacias y todo tipo de rumores entre los operarios que trabajan en la obra: desde que se trataba de una fosa de la Guerra Civil a que era un yacimiento árabe.

Jesús la Roda, responsable comarcal de UGT, que descubrió el yacimiento en una visita furtiva a la finca, teme que el "secretismo" responda a un intento de la Comunidad por seguir adelante con las obras. "Van a marchas forzadas porque quieren inaugurarlo en enero o febrero, antes de las elecciones y, naturalmente, esto es un contratiempo", apunta.

La finca está vigilada pero nadie impide la entrada a la zona donde se encuentra la necrópolis. A primera hora de la tarde, un grupo de cinco personas se cuela en el yacimiento. La parcela mide alrededor de 2.000 metros cuadrados y está salpicada de decenas de montoncitos de piedras que señalan los lugares donde han aparecido restos óseos. Al lado de las piedras, a veces, hay bolsas de plástico con huesos, abiertas. "Podríamos habernos llevado los huesos que hubiésemos querido", bromea uno de los intrusos.

A unos 500 metros, una excavadora continúa su labor. El director general de Patrimonio asegura que el perímetro de seguridad es el adecuado: "Antes de empezar a trabajar se llevó a cabo una labor de documentación muy importante. Los expertos saben qué zonas pueden albergar un patrimonio arqueológico y cuáles no".

El responsable de UGT no está de acuerdo: "La excavadora está demasiado cerca. Deberían paralizar toda la obra para investigar la zona como es debido porque a lo mejor hay más yacimientos".

El Encín es un parque agrícola de unas 550 hectáreas que se abrió hace más de 50 años para desarrollar múltiples programas de investigación sobre semillas. Gestionado por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario, alberga uno de los museos más grandes del mundo dedicado a la vid y cada año es visitado por miles de escolares.

En el lugar donde ha aparecido el yacimiento se estaba construyendo Alcalá Natura 21, que tendrá un albergue con 100 camas y aulas de estudio de la naturaleza, además de un campo de golf. "Lo de los niños es una tapadera para encubrir el campo de golf, que es lo que va a dar negocio", asegura La Roda.

"Las obras continúan adelante, pero no en la zona del yacimiento. Ahora hay que desbrozar, excavar y sacar todos los restos. Los arqueólogos elaborarán una memoria de todo lo hallado y después Patrimonio elaborará un informe definitivo valorando los restos. Dependiendo del valor que tengan decidiremos dejarlos en el sitio donde han aparecido y que los madrileños puedan visitarlos allí o llevarlos al Museo Arqueológico", explica Hernández.

Fuente: El País

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