Libia es el hogar de algunos de los sitios arqueológicos mejor preservados del mundo, testimonios de las civilizaciones romana, bizantina y griega.
Su riqueza histórica es la principal atracción turística de Libia, pero esa riqueza se encuentra cada vez más amenazada por saqueadores.
Funcionarios del departamento arqueológico de Libia se encuentran desilusionados, afirmando que la falta de seguridad es consecuencia del escaso financiamiento gubernamental que reciben.
Los museos de Trípoli, la capital, contienen fragmentos de la historia antigua y moderna de Libia.
A los visitantes se les requiere dejar sus bolsos en la entrada, pero no existen algunas de las medidas básicas de seguridad, como cámaras de control.
El gerente del museo, Kamal Shtewi, está consternado por los problemas de seguridad que están enfrentando, y comparó los robos arqueológicos con "enterarse de que has perdido a un miembro de tu familia, como si parte de tu historia hubiese sido violada".
"Debería haber cámaras dentro del museo, como hay en todos los museos del mundo, porque eso facilitaría nuestro trabajo de seguridad", afirmó Shtewi.
"Sabemos que el jefe del departamento de arqueología está trabajando mucho para lograrlo".
Red internacional
La estadísticas oficiales indican que 90 piezas - como vasos de cerámica o estatuas - han sido robadas desde 1988.
En realidad, esa cifra es mucho más alta, ya que las piezas son robadas en sitios de excavación no autorizados, o en sitios que se descubren durante las investigaciones sísmicas llevadas a cabo en el desierto por las empresas petroleras.
La mayor parte de los robos registrados son de museos y sitios arqueológicos como Shahat en el sur, Sabratha, cerca de Trípoli, y Abikamash, en la frontera con Egipto.
Estas áreas a menudo son patrulladas por funcionarios ancianos, no entrenados correctamente, y con salarios muy bajos.
Las autoridades libias afirman que aquellos culpables de traficar las obras son parte de una amplia red de crimen internacional organizado.
Un informe de la autoridad supervisora de Libia describe los robos como "generalizados", y le echa la culpa al departamento de arqueología, afirmando que no han implementado medidas de seguridad apropiadas en sitios y museos, pese a contar con los fondos suficientes para hacerlo.
El informe también critica a los ministerios de Justicia y Seguridad Pública, por no haber dado los pasos necesarios para encontrar a los criminales relacionados con los robos.
Enojo
El jefe del departamento de arqueología, Guima Anag, afirmó que las razones tras las fallas en seguridad son la falta de un presupuesto apropiado y la burocracia excesiva.
"Tenemos poco espacio de maniobra, para poder tener el personal que nos gustaría", explicó.
"Si tuviésemos ese tipo de autoridad, nos costaría mucho más que de lo que podemos hacer con el presupuesto actual".
Anag Anag estaba visiblemente consternado y enojado, mientras describía el pobre estado en que se encuentra su departamento.
"Nos han quitado los fondos necesarios para mejorar nuestros sistemas, que, desde hace mucho tiempo, son arcaicos, viejos, débiles, ineficientes, con poco personal, poco presupuestos y no desarrollados", afirmó.
El departamento arqueológico afirma que su presupuesto para 2005 era de US$2,23 millones según los documentos oficiales, pero que sólo un cuarto de este monto fue entregado.
Afirman que el presupuesto se usa para pagar los salarios mínimos, pero Anag afirma que un aumento en los salarios sería la mejor manera de mejorar la seguridad.
"Si uno le paga a un guardia poco más de dos dólares por día para custodiar obras de un valor que puede ser de cientos de miles de dólares en el mercado negro, el guardia podría ser distraído de su tarea por poco dinero".
Conexión egipcia
Algunas piezas robadas del museo de Sabratha fueron confiscadas en la frontera con Egipto en 2003 y se encuentran ahora bajo custodia en el museo de Alejandría en Egipto.
Anag afirma que la falta de documentación apropiada ha retrasado el regreso de esas piezas.
"Esto es difícil de admitir, pero Libia no tiene pruebas adecuadas para demostrar que esas piezas son originalmente de Sabratha".
El Ministerio de Cultura afirma que otros artefactos robados han terminado en Egipto, y han establecido conversaciones con diplomáticos egipcios en Trípoli respecto al tema.
El ministerio afirma que está construyendo rejas alrededor de los sitios arqueológicos e instalando equipamiento de seguridad.
Le ha pedido al cuerpo legislativo, el Congreso General del Pueblo, que apruebe leyes más estrictas respecto al robo de piezas arqueológicas.
El departamento de arqueología quiere suficientes fondos para aumentar su capacidad de reclutar a personal de campo joven y poder entrenarlo en temas de seguridad, junto a arqueólogos y guías de museos, quienes también lo necesitan.
Mientras que los funcionarios se acusan unos a otros de las fallas, están de acuerdo en que hay una necesidad urgente de incrementar esfuerzos para preservar el patrimonio del país, antes de que sea demasiado tarde.Fuente: BBC
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