Otilia Requejo expone hoy en el RIDEA los hallazgos de la necrópolis de Paredes y de los hornos de Cayés, dos ejemplos más de la romanización de la región
Oviedo, M. S. MARQUÉS
La huella de Roma en los territorios transmontanos crece al mismo tiempo que los estudios profundizan en esas etapas oscuras de la historia asturiana. Las diferentes conferencias impartidas en las últimas semanas en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) dentro del ciclo sobre «Prehistoria tardía y romanización: astures y romanos» así lo ponen de manifiesto.
Después de recorrer distintos escenarios desde el Occidente, con el Chao Samartín, a las cimas fronterizas de la Carisa y repasar la dimensión historiográfica de la presencia imperial en Asturias, esta tarde, Otilia Requejo centrará su análisis en los «Hallazgos romanos en la zona central de Asturias: necrópolis de Paredes y hornos de Cayés». La conferencia permitirá conocer dos mundos: el funerario y el industrial, de clara tipología romana y estrechamente vinculados a los modelos que se han localizado en otras zonas de la Península con una presencia mucho más identificada con la conquista.
La necrópolis de Paredes (Siero), descubierta hace casi una década durante las trabajos de control previos a las obras de Parque Principado, continúa siendo hoy la primera de estas característica que se localiza en Asturias. Excavada en su totalidad, reúne un conjunto de 36 tumbas, datadas por tipología de materiales y Carbono 14, que permiten establecer una cronología que va de la segunda mitad del siglo IV y las primeras décadas del siglo V.
Se trata de un espacio funerario especialmente interesante por el contenido de las tumbas, en todas se han podido encontrar restos de ajuar y de la indumentaria del difunto (collares, anillos, tachuelas del calzado...), muestras que hablan de una sociedad totalmente impregnada de la cultura romana. Para Otilia Requejo, la suerte del hallazgo es especialmente importante para constatar esta vinculación a las costumbres del imperio, pero aún siendo relevante poder conocer de primera manos los ritos funerarios, lo es más haber podido adentrarse en el mundo de las ofrendas funerarias.
Todas las tumbas presentan junto a los restos antes citados recipientes de cerámica y vidrio de diferentes formas, materiales y calidad, en los que se pudo apreciar algún resto del contenido. Especialistas de la Universidad de Barcelona encargados de su análisis consiguieron por primera vez conocer lo que se depositaba junto al difunto. Los tarros que le acompañan al más allá llevan todo tipo de productos alimentarios: legumbres, salazones, grasas animales, lácteos... todo un repertorio gastronómico que el muerto no iba a necesitar pero con el que sus parientes parecían desearle un buen viaje al otro mundo. En el caso de las tumbas femeninas, a los bienes de tipo alimentario se unían los recipientes de vidrio con productos cosméticos.
La necrópolis de Paredes está situada próxima a una villa romana identificada hace ya varias décadas por José Manuel González a unos 400 metros al sur del río Nora.
En la actualidad, permanece sellada y sus restos han sido depositados en el Museo Arqueológico de Oviedo. En ese mismo lugar se ha creado una zona ajardinada con un proyecto actualmente en marcha que reproducirá una de las tumbas, con paneles explicativos del yacimiento.
El conjunto de Paredes no deja para Otilia Requejo duda alguna de que «estamos ante una sociedad profundamente romanizada», realidad que refuerza también el hallazgo de los hornos romanos de Cayés (Llanera). Este conjunto industrial salió a la luz durante el seguimiento arqueológico previo a la construcción de la nueva carretera Oviedo-Gijón. Fueron identificados cinco hornos, cuatro cuadrados y uno circular, que producían materiales de construcción típicamente romanos (pavimentos, columnas, tejas...).
Las dataciones con Carbono 14 situaron su funcionamiento entre la segunda mitad del siglo I y el siglo II. «Es un complejo industrial de gran envergadura», señala la arqueóloga, que se encargó de su estudio desde el momento de su aparición en 1999. Se puede apreciar por la presencia de sus materiales en distintos yacimientos romanos de Asturias la importancia que tenía este conjunto.
Está claro que se trataba de un centro industrial de cierta importancia en el que debían de emplearse un buen número de trabajadores, cuya producción estaba formada por piezas que llevaban decoraciones con espirales y meandros y otros detalles circulares. Los hornos se encontraban en un enclave elegido con acierto, ya que estaban próximos a zonas de agua y arcilla, y de la vía que permitía su transporte y distribución.
No hay duda para los estudiosos de que la influencia de Roma vuelve a quedar de manifiesto en este caso. Los productos que salían de los hornos de Cayés son, como atestigua Requejo, materiales estandarizados con las mismas características que los que describen los historiadores romanos.
La conferencia de Otilia Requejo será hoy a las siete y media de la tarde en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA).
Fuente: La Nueva España
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