Cádiz. Ya falta menos para que el Dolmen de Alberite pueda mostrar al público la huella de la prehistoria en Cádiz. La delegada provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Dolores Caballero, asegura que sólo faltan unos "remates" para concluir su acondicionamiento.
Por su parte, José María Gutiérrez, director del Museo de Villamartín y coordinador de la restauración que sufrió el monumento, concreta esos "remates". La actuación principal, la cubierta, ya se ha terminado y queda pendiente la urbanización de los alrededores, la zona de la entrada y la colocación de los focos que iluminarán el antiguo enterramiento, situado a cuatro kilómetros de Villamartín.
No concretan fechas para la finalización de estos trabajos. Al fin y al cabo, estas obras, que comenzaron en noviembre de 2004, tenían en principio un plazo de ejecución de ocho meses. Los imprevistos, sin embargo, lo han ido retrasando progresivamente.
Lo que sí se puede contemplar ya es la original cubierta, realizada por la empresa madrileña de rehabilitación Clar y con un diseño que recuerda a algunas construcciones del arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Gutiérrez se muestra satisfecho con el resultado. "Estoy contento porque se trata de una solución respetuosa con el monumento, que ayuda a su comprensión; además del atractivo que posee como obra de ingeniería", resalta.
Tanto es así que la firma ha recibido varias ofertas de obras semejantes en Galicia y Cataluña. En el caso de Villamartín, esta techumbre, compuesta a base de una serie de placas, todas ellas diferentes, permitirá proteger el enterramiento megalítico, catalogado como Bien de Interés Cultural, de las inclemencias metereológicas, así como facilitar la visita de los interesados.
El director del Museo de Villamartín avanza que, una vez que se hayan finalizado las obras, ya no habrá ningún impedimento para abrir el yacimiento al público. El único motivo que hace que no se permita actualmente es que se quiere evitar "que los visitantes se lleven una idea errónea". También asegura que se colocarán unos paneles explicativos para facilitar la comprensión de las sociedades megalíticas y de la importancia de este tipo de enterramientos. Queda pendiente para el futuro "una segunda fase de conservación y consolidación de las pinturas que decoran su interior".
El Dolmen de Alberite fue hallado en 1993 cuando un grupo de arqueólogos percibieron unas piedras alineadas que sobresalían en el terreno. Fue el primer paso para un descubrimiento que afectaría también a la investigación y el estudio de la prehistoria en Cádiz. No hay que olvidar que con esta prueba quedaba constatada la presencia humana en la sierra gaditana durante el cuarto y tercer milenio antes de Cristo.
Se trata de un dolmen de galería, de 20 metros de largo, y en el que se encontraron los restos de un hombre adulto y una mujer joven. Junto a ellos, también se conservaba parte de un ajuar, como por ejemplo más de un millar de cuentas de collares en varicita, hueso, concha y ámbar; varios útiles de piedra pulida y una pieza de cristal de cuarzo.
Este monumento funerario destaca también por las pinturas rupestres que muestra en su galería. Una construcción valiosa, pero no la única de la zona, ya que forma parte de una necrópolis de la que, por el momento, ya han aparecido varios dólmenes más.
El descubrimiento del Dolmen de Alberite, en una excavación que dirigieron en su día los arqueólogos José Ramos y Francisco Giles, supuso también una aproximación a las formas de vida de la época neolítica. Aunque se tiene constancia de que la estructura sufrió por la mano humana y que gran parte del ajuar fue saqueado, los restos conservados permitieron extraer conclusiones. Según los estudios de Ramos, se puede deducir que este monumento funerario formaba parte de una sociedad jerarquizada, dedicada a la caza, a la recolección y posiblemente al comercio.
Fuente: Diario de Cádiz.
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