14 septiembre 2006

«La arqueología submarina puede aportar más información que la terrestre»


EIVISSA | MAR GÁMEZ

El doctor en Arqueología Marcus Hendrich Hermanns ofrece hoy una charla en la que explica cómo se debe actuar ante un hallazgo. Los primeros momentos son cruciales para la conservación de las piezas

El experto en arqueología submarina Marcus Hendrich Hermanns ofrecerá esta tarde a las 20,30 horas una charla sobre arqueología subacuática en la que explicará a los asistentes las diferencias principales entre la arqueología submarina y terrestre. En la ponencia, la cuarta de esta I Semana de Buceo de Eivissa, el Doctor en Arqueología advertirá también a los submarinistas y arqueólogos de los conocimientos que deben tener en cuenta a la hora de encontrar un hallazgo para que éste pueda llegar en buenas condiciones a los restauradores.
Según Hermanns, «la diferencia principal entre la arqueología submarina y la terrestre es que la primera puede aportar información sobre hallazgos que la terrestre no puede. Se trata sobre todo en material orgánico como cuero, madera o cestería, ya que se conservan mejor bajo el mar o en zonas áridas como el desierto», afirma. Por lo que muchas veces los arqueólogos se ven obligados recurrir a un archivo que se encuentra bajo el mar para poder reconstruir el pasado. «Entonces la cuestión no es sacar estos objetos sino cómo hacerlo para poder leerlos e interpretarlos como si fueran documentos escritos dentro de un archivo», afirma.
El problema es que el objeto que se halla en el mar ha sufrido un proceso físico-químico al cambiar el ambiente terrestre por el acuático para poder conservarse en su nuevo medio, y, según Hermanns, cuando el arqueólogo encuentra el objeto y lo saca del fondo marino la pieza vuelve a sufrir este proceso peligrando su integridad. «Si no se adaptan las medidas necesarias en las primeras horas, el hallazgo muere porque la pieza se descompone», sostiene el arqueólogo.

«Primeros auxilios»
Hermanns hablará sobre la conservación de las piezas y explicará a los asistentes cuáles son los «primeros auxilios» que deberán realizar cuando se encuentren con un hallazgo marino teniendo en cuenta que se trata de un público no científico. «Quiero que sepan cómo reaccionar cuando haya un hallazgo casual», añade. Hermanns explica que la información de estos objetos es «crucial» porque permite reconstruir las rutas marítimas, por ejemplo, en el caso de una ánfora, «se puede conocer información sobre el alfarero, el propietario y su contenido», explica el que será profesor de arqueología de la Universidad de Colonia el próximo semestre.

Fuente: Diario de Ibiza

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