Los recientes hallazgos de restos romanos en la desembocadura del Ebro y en el sur de España han permitido documentar la «primera presencia romana» en Hispania y la lucha entre romanos y cartagineses, además de comprobar lo «avanzado que estaba ya el proceso de romanización en el siglo I antes de Cristo».
Así lo indicó ayer el profesor de Arqueología de la Universidad de León Angel Morillo, director del XX Congreso Internacional de Estudios sobre la Frontera Romana, que reúne cada tres años a los especialistas en arqueología romana del centro y el norte de Europa, el Oriente Próximo y el Norte de Africa y que se celebra desde el lunes en León.
Más de 300 investigadores participarán hasta el día 11 de septiembre en este congreso, en el que hasta ahora se han puesto de manifiesto tres novedades importantes y que son fruto de los hallazgos en los últimos meses en distintos puntos de España.
Primeramente, Morillo se refirió a los hallazgos en la antigua desembocadura del Ebro, donde se han descubierto dos campamentos de la Segunda Guerra Púnica que han permitido documentar la primera presencia de Roma en la Península Ibérica así como su lucha contra cartago. «No sabíamos absolutamente nada de cómo se estructuró la lucha entre cartagineses y romanos», dijo Morillo, que agregó que gracias a estos hallazgos se ha puesto de manifiesto «el choque entre los romanos que entraron por el norte del Ebro y los Cartagineses, que defendían esta línea del río».
Hasta ahora había documentación escrita al respecto, pero en estos campamentos se han hallado restos de armas, proyectiles de ondas, fragmentos de espadas, monedas cartaginesas, entre otros objetos, que han permitido interpretar todos estos datos, explicó.
En segundo término, se refirió a los nuevos campamentos republicanos hallados en el sur del país, en Casas de Reina (Badajoz), en la Puebla de Don Fabrique (Granada) y en el cerro de las Fuentes de Archivel (Murcia). Explicó que estos hallazgos ilustran que «Hispania participó muy activamente en las guerras civiles del siglo I antes de Cristo, que llevaron al final de la República». Esto significa que «ya en el siglo I a. C. Hispania estaba integrada perfectamente en el estado Romano y nos permite calibrar hasta qué punto el proceso de romanización de estas zonas ya estaba avanzado y no había problemas internos con los indígenas».
Así lo indicó ayer el profesor de Arqueología de la Universidad de León Angel Morillo, director del XX Congreso Internacional de Estudios sobre la Frontera Romana, que reúne cada tres años a los especialistas en arqueología romana del centro y el norte de Europa, el Oriente Próximo y el Norte de Africa y que se celebra desde el lunes en León.
Más de 300 investigadores participarán hasta el día 11 de septiembre en este congreso, en el que hasta ahora se han puesto de manifiesto tres novedades importantes y que son fruto de los hallazgos en los últimos meses en distintos puntos de España.
Primeramente, Morillo se refirió a los hallazgos en la antigua desembocadura del Ebro, donde se han descubierto dos campamentos de la Segunda Guerra Púnica que han permitido documentar la primera presencia de Roma en la Península Ibérica así como su lucha contra cartago. «No sabíamos absolutamente nada de cómo se estructuró la lucha entre cartagineses y romanos», dijo Morillo, que agregó que gracias a estos hallazgos se ha puesto de manifiesto «el choque entre los romanos que entraron por el norte del Ebro y los Cartagineses, que defendían esta línea del río».
Hasta ahora había documentación escrita al respecto, pero en estos campamentos se han hallado restos de armas, proyectiles de ondas, fragmentos de espadas, monedas cartaginesas, entre otros objetos, que han permitido interpretar todos estos datos, explicó.
En segundo término, se refirió a los nuevos campamentos republicanos hallados en el sur del país, en Casas de Reina (Badajoz), en la Puebla de Don Fabrique (Granada) y en el cerro de las Fuentes de Archivel (Murcia). Explicó que estos hallazgos ilustran que «Hispania participó muy activamente en las guerras civiles del siglo I antes de Cristo, que llevaron al final de la República». Esto significa que «ya en el siglo I a. C. Hispania estaba integrada perfectamente en el estado Romano y nos permite calibrar hasta qué punto el proceso de romanización de estas zonas ya estaba avanzado y no había problemas internos con los indígenas».
Fuente: Diario de León
No hay comentarios:
Publicar un comentario