06 abril 2006
Unos retoques para la Esfinge.
Las operaciones de arreglo sólo incluyen algunas partes del cuello, el pecho y su lado sur.
MADRID.- La milenaria Esfinge de Giza ha sido enjaulada dentro de un andamiaje pero, para que nadie se asuste, los responsables aclaran que se trata de operaciones casi cosméticas para mantener su eterna juventud.
El egiptólogo Kamal Wahid, director del Consejo Supremo de Antigüedades (CSA) de Egipto para la Meseta de las Tres Pirámides de Giza, en donde se ubica la Esfinge, trató de explicar así las razones de la instalación de esos andamios que afean uno de los monumentos más fotografiados del mundo.
"Las labores de conservación que llevamos adelante desde hace alrededor de dos semanas tratan sólo de reponer la capa de argamasa de cal y arena que habíamos aplicado a la estatua en un proyecto general de restauración que se prolongó entre 1988 y 1997", recordó Wahid.
Indicó que las operaciones de arreglo sólo incluyen algunas partes del cuello, el pecho y su lado sur, donde la capa se ha visto erosionada por el efecto de los vientos, la arena y el clima desértico imperante en la zona.
La arena, que ha contribuido a mantener enterrados y en excelente estado muchos monumentos faraónicos, es también su principal enemiga una vez desenterrados, pues tiene un enorme poder de erosión cuando se presenta en forma de vendavales y tormentas.
Wahid recordó que los "retoques" de la esfinge son parte del "seguimiento rutinario" del estado de la estatua, y subrayó que los expertos, todos egipcios, "solo usan materiales originales de la zona".
Respecto al estado general de la estatua, Wahid se mostró optimista al asegurar que la "roca madre, debajo de las partes afectadas por la erosión, se mantiene sólida, inalterable, por lo que no hay nada que temer".
El responsable descartó tajantemente la idea de recomponer la famosa nariz perdida de la Esfinge, pues eso sería "alterar artificialmente" la imagen a la que se ha acostumbrado Egipto y el mundo durante generaciones.
La nariz de la Esfinge fue derribada por las cargas de la artillería mameluca, la belicosa dinastía que reinó en El Cairo entre los siglos XIII y XVIII y que acostumbraba a ejercitar la puntería sobre la estatua indefensa.
La Esfinge es, sin duda, una de las estatuas más célebres y descomunales del mundo, ya que tiene una longitud de 73 metros. Cada oreja mide casi 1,37 metros de alto, y su cabeza, similar a la del faraón Kefrén, lleva el tocado real faraónico, y una barba postiza en el mentón, que ha desaparecido junto a la nariz.
La estatua, que fue esculpida en un sólo bloque de roca natural hace alrededor de 4.500 años, y que no tiene ninguna inscripción que precise la identidad de su constructor, está ubicada en las proximidades de la Pirámide de Kefrén, y esta ha sido una de las razones para que muchos historiadores y arqueólogos asocien su construcción a la figura de este faraón (2.520-2.494 A.C.).
La colosal estatua, que tiene cabeza humana y cuerpo de león, permaneció gran parte de su historia sepultada por la arena del desierto, y sólo entre 1816 y 1818 fue desenterrada.
Las tres Pirámides de Keops, Kefrén y Mikerinos son la única de las Siete Maravillas del Mundo que todavía están en pie.
Fuente: El Mundo.
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