El Museo Arqueológico Municipal “Enrique Escudero de Castro” de Cartagena, ofrece una nueva exposición que lleva por título Bocamina: Patrimonio Minero de la Región de Murcia, y que podrá visitarse del 31 de marzo al 24 de mayo de 2006.
La exposición está producida por el Museo de la Ciencia y el Agua del Ayuntamiento de Murcia
Esta exposición tiene el deseo el presentar a la sociedad y al público el desarrollo histórico y tecnológico que alcanzó la minería en nuestra región desde sus orígenes hasta época reciente, mediante la selección más de cien piezas y documentación gráfica histórica procedente de los museos arqueológicos de Murcia, Lorca, Cartagena, La Unión, Portmán y Mazarrón.
Esta organizada en cinco bloques temáticos que contienen los aspectos más relevantes de dicho patrimonio minero:
Los recursos minerales de la Región de Murcia.
Minería y metalurgia de la Península Ibérica durante la Prehistoria.
Minería romana en Hispania.
La minería desde el medievo hasta la Edad Moderna.
Evolución de la industria minera en los siglos XIX y XX .
Cada uno de los bloques temáticos cuenta con paneles informativos y objetos arqueológicos que darán a conocer la historia de la minería en la región de Murcia.
La exposición cuenta además con un video explicativo y un aula didáctica diseñada por el gabinete didáctico del museo arqueológico, con la que se pretende acercar a los alumnos al conocimiento de nuestro patrimonio minero; esta actividad está especialmente recomendada para tercer ciclo de Educación Primaria y primer ciclo de ESO. Los grupos escolares contarán con un servicio de guías didácticos que atenderán las visitas, así como material informativo y de trabajo y juegos.
BREVE RESEÑA HISTÓRICA
La Sierra de Cartagena fue una de las principales zonas mineras explotadas en la Antigüedad, tal y como lo demuestra el patrimonio minero-metalúrgico que encontramos en toda su superficie.
La fundación de Qart-Hadast por el general cartaginés Asdrúbal en el 229-226 a.C. supuso el inicio de las explotaciones mineras de galena argentífera en los alrededores de la ciudad portuaria; la plata obtenida en estas minas fue principalmente utilizada para la manufactura de monedas y objetos de lujo.
En el año 209 a.C. Publio Cornelio Escipión conquista la ciudad púnica de Qart-Hadast (Cartagena). Poco tiempo después los romanos inician la primera explotación a gran escala de los recursos minerales del entorno de la ciudad, principalmente la galena argentífera de la Sierra de Cartagena y Mazarrón, bien documentado tanto por las fuentes literarias como por la arqueología.
La riqueza de sus minerales argentíferos propició una intensa explotación orientada hacia la obtención de plata, sin menoscabo de otros productos como el plomo o el hierro. Esa diversidad de mineralizaciones motivó la adopción de diferentes sistemas de extracción; los filones, que en muchos casos afloraban en superficie, dieron lugar a explotaciones a cielo abierto, mientras que el acceso a las formaciones estratiformes situadas a grandes profundidades, se realizó mediante una compleja red de galerías y pozos circulares, que sobrepasaban con frecuencia los 100 m de profundidad.
A partir del siglo I d.C. la minería comienza un periodo de decadencia y no será hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando se retome el dinamismo de épocas anteriores.
El descubrimiento en 1839 del célebre filón Jaroso en la Sierra Almagrera (Almería) supuso el comienzo de la reactivación minera en la región; los numerosos vestigios de explotaciones mineras en los distritos de Cartagena y Mazarrón fue el revulsivo para que muy pronto se organizaran sociedades mineras con el objetivo de explotar los minerales de su sierra y con la ilusión de encontrar un filón tan rico como el descubierto en la Sierra Almagrera; así pues, se demarcaron distintos minados y comenzaron a abrirse numerosos pozos y galerías en los montes situados entre Cartagena y Mazarrón, iniciándose de nuevo una explotación a gran escala hasta finales del siglo XX, en la que queda interrumpida.
Fuente: Actualidad Municipal
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