Tras varios intentos fallidos, el poblado aborigen de La Atalayita, en la localidad de Pozo Negro (Antigua), será un nuevo atractivo turístico de Fuerteventura.
Incluido en la red insular de museos, ayer se inauguró oficialmente su centro de interpretación, una estructura semienterrada en forma de tradicional gamuesa, punto de inicio de un sorprendente recorrido por la historia de los pueblos que nos precedieron. Una gran ciudad de pastores, que conserva 115 estructuras habitacionales diferentes a lo largo de más de 45.000 metros cuadrados de malpaís, la mayor de Canarias abierta al público. Junto a su innegable interés arqueológico y cultural, el centro nace como una alternativa diferente al mañido binomio turístico de sol y playa. Porque en pocos sitios del mundo se puede entrar en el interior de unas chozas de piedra y contemplar las camas de piel de oveja y piedra en las que hace 2.000 años descansaban nuestros antepasados, reconocer su pequeña talla en las dimuntas puertas y reducidas habitaciones, comprobar lo complicado que debió ser vivir en una paisaje tan agreste, donde aparentemente todo es un gigantesco laberinto de lava reseca.
Fuente: Canarias 7
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