06 junio 2007

Arqueólogos estudian origen de cementerio maya en cenote

La investigación forma parte del proyecto “Cementerios Acuáticos Mayas”, encabezado por la especialista del INAH, Carmen Rojas, quien afirmó que para esclarecer incógnitas, se planeó nueva temporada de exploraciones.

México, DF.-Un total de 118 esqueletos humanos de la antigua civilización maya, encontrados en un cenote de Quintana Roo, serán objeto de estudio por parte de un equipo interdisciplinario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La idea es determinar el contexto bajo el cual se originó el espacio funerario, aunque las primeras hipótesis señalan que pudo tratarse de una cuestión bélica entre linajes, rebeliones en contra del gobierno español o la exhumación de cadáveres que eran colocados en cuerpos de agua.

Esta investigación forma parte del proyecto “Cementerios Acuáticos Mayas”, encabezado por la especialista del INAH, Carmen Rojas Sandoval, quien afirmó que a fin de esclarecer incógnitas, se ha planeado una nueva temporada de exploraciones, a realizarse en el segundo semestre de este año.

Se pretende también, con esto, emprender acciones para la conservación del cenote, del cual se decidió no hacer pública su localización para evitar saqueos. En comunicado, Rojas Sandoval indicó que el cementerio sumergido fue registrado en 2003 e incluido en el Atlas Nacional Arqueológico, tarea durante la cual, se contabilizaron los restos esqueléticos y se recolectaron algunos cráneos para su estudio, confirmándose que se trata de individuos mayas de la época prehispánica.

Añadió que la intención es hacer una reconstrucción del contexto para determinar cómo se formó este depósito en el cenote, si fueron arrojados a modo de sacrificio o si fue resultado de algún conflicto entre linajes a manera de vendetta. “O bien si el material óseo fue exhumado y redepositado, creando así un cementerio intencional e inclusive producto de las rebeliones de grupos mayas en contra de los españoles”, refirió.

La arqueóloga dijo creer que no se trata de sacrificios, porque los 118 esqueletos corresponden a adultos y generalmente para este tipo de prácticas dedicadas a la deidad acuática maya, Chac, prefería a infantes. ” Además no hemos encontrado ni una sola ofrenda, aunque también hay que analizar si hay huellas de violencia en los huesos”, abundó la especialista en dicha cultura.

En esta nueva temporada de campo que podría iniciar en septiembre, se pretende también identificar quiénes eran estos personajes, aunque las pruebas preliminares de ADN ya efectuadas, no han permitido un gran avance porque no cuentan con la suficiente materia orgánica.

“Tampoco hemos podido determinar una temporalidad porque además carecemos de estratigrafía y de material cerámico. Entonces representa un reto metodológico muy grande para nosotros como arqueólogos y habrá que ser muy minuciosos”, destacó Rojas Sandoval.

La especialista adscrita a la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH, aseveró que la investigación también tendrá que hacerse en superficie para hallar las tumbas de las que se extrajeron los esqueletos para colocarlos en el cenote.

“La práctica de redepositar restos de ancestros en el área maya es conocida principalmente en cuevas, un ejemplo donde también se ha detectado la remoción de esqueletos durante la Época Clásica, es el sitio arqueológico El Caracol, en Belice”, afirmó. Arqueólogos, antropólogos físicos, restauradores y estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) que se están formando en la especialidad de arqueología subacuática, conformarán el equipo interdisciplinario que buscará desentrañar las incógnitas que guarda este cementerio sumergido.


Rojas Sandoval añadió que el proyecto de investigación, patrocinado por National Geographic, incluye un programa de conservación del cenote con la participación de la sociedad civil e instancias de los diferentes niveles de gobierno, a fin de diseñar una estrategia de protección de este depósito de agua.“Con ello se pretende evitar que estos sitios sean para el usufructo de una sola persona, toda vez que se trata de un patrimonio cultural que debe redituar en su investigación y protección, no en su destrucción que impide el conocimiento histórico”, concluyó.

Fuente: Milenio
Cementerios acuáticos mayas

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